Veredaprosa Un día de esos aciagos en que la lucha interna por ser diferente es controversial y cansa porque me voy sumiendo en la aventura
Categoría: Veredaprosa
La pureza del desierto de Atacama. Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Quiero volver a los lugares más extremos que mis pies han besado y les han salido callos. Sus plantas se han herido, pero han
Por leer a Gaby Ortíz. Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Hoy sentí esa indiferencia por las cosas de rutina. El domingo es aburrido, casi siempre cuando no se va a alguna parte y ahora
En un programa radial (Ciega). Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Hace días, en una radio de mi país que escucho con frecuencia, el locutor, un señor bastante conocido en los medios, se refirió a
Ahora duermo. Mañana pensaré. Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa No existe nada más realidad nuestra que la que en este momento tenemos en las manos. Puede ser un anillo, unas uñas recién mordidas
Como si fuéramos a morir mañana (Perdonar). Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Placidez de charla y con el whisky en su mano, hizo ademán de brindis.”Ahora que has visto mis obras, hemos charlado y reído, quiero
Reciclaje y otras cosas. Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Cuando todos hablan del daño que hacemos a la tierra, entiendo que también están incluidos los mares; desiertos; biósfera, estratósfera, es decir, todo lugar
Cantan los cometas de papel (El hombre feliz tiene todo). Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Juguemos a pensar que todas las cometas que encumbramos no volverán a la tierra, de lo contrario no va a servir de nada todo
Los jardines del desierto de Atacama. Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Aprendí que el desierto es un lugar inhóspito, yermo, caliente, que las serpientes se pierden entre la arena como pueden hacerlo en un río,
Delgadez. Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Una moneda no resuelve la vida, pero podría, con suerte, quitar el hambre de un día; pagar por dormir por una noche o mandarse