No tenemos nada en común
sino el camino
un tronco de árbol
el suicidio de las flores en invierno
el mar azulverde
las nubes.
Mirarnos a los ojos
también.
No tenemos nada en común
sino el camino
pinotea
el run run de los sueños por las noches
las azaleas que entran por las ventanas con el sol
y un amor.
Y un dolor cenizo
también.
No tenemos nada en común
sino el camino
papeles insumisos
un beso guardado en las escaleras de madera de San Telmo
bajando al mismo tiempo
y un farol abril que titila.
Diciembre en los finales
también.