Yo escribo para sacar de la lata de galletas las letras “migajas” que quedaron en el fondo y tirárselas a las aves, sin pena, descartando lo que no suma.
Escribo con avidez, con entusiasmo, por si acaso me quedara dormida o perdiera la memoria.
Si quiero borrar uso miga de pan o polvo de estrellas, nunca tachar.
A veces son varias horas sentada para que surja una frase pero otras veces no me alcanzan las manos para volcar todo lo que quiero decir…
La vez que chisté a un libro se enojó y no quizo mostrar sus páginas, por eso, por rebeldía, ahora escribo yo.
Ese debió ser mis inicios en la escritura.
Porque escribir, es robarle el corazón al mundo mientras está distraido y yo lo hice tantas veces que deberia ir presa con prontuario por ladrona!
Pienso, a lo mejor la cárcel tendria que ser también para la avaricia y la intolerancia, así no las vemos más por las callecitas de París ni por ninguna otra ciudad.
Acontecería toda una revolución y el mundo sería mucho más bonito…
Autor: Mónica Petrillo, Argentina. 2024