No es habitual que tres días antes de las elecciones muera una persona en el Obelisco. Si que liberen la zona en los alrededores de la estación de tren de Constitución por un corte de vías y que después lamentemos una tragedia. Pero pese a la advertencia del Secretario de Transporte eso no pasó. En Constitución no hubo una muerte, aunque la gente arrojaba piedras. Pasó en el Obelisco donde un grupo de personas se manifestaba por el voto en blanco, impugnar el voto o no participar de las elecciones del domingo por considerarlas una farsa. Cosa que también es válida, por más que muchos no estemos de acuerdo. Lo extraño es que cuando se estaban yendo la policía se acercó y detuvo a una señora con un palo, un hombre de nombre Facundo quiso detener al policía. El hombre fue detenido o retenido, lo tiraron al piso, le pusieron la rodilla en el cuello con tanta fuerza que le apretó la carótida. Facundo Molares se puso morado y murió. Después las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires salieron a decir que murió de un paro cardíaco, que tenía una enfermedad de base preexistente para desligarse del asesinato, incluso así lo hayan matado por torpeza. Las maniobras de RCP las hicieron tarde y no fueron suficientes. El SAME lo llevó al Hospital Ramos Mejía también tarde. Enseguida empezaron a averiguar quién era. Y construyeron el relato a favor y en contra. A favor que era un fotoperiodista que se estaba manifestando de manera pacífica frente al Obelisco en una asamblea de las organizaciones MTR; Votamos Luchar y Rebelión Popular. En contra que era miembro de las FARC colombianas, extranjero y que pertenecía al Movimiento Teresa Rodríguez. Como si su vida o su muerte valiera menos por eso. Página 12 dirá: “La Policía de la Ciudad reprimió una marcha en el Obelisco y uno de los detenidos murió cuando era aplastado violentamente contra el piso. -Lo agarraron, le pisaron la cabeza, estaba inconsciente, no se podía mover-, relató una testigo. Los organismos de derechos humanos reclamaron justicia y condenaron el feroz e irresponsable uso de la fuerza aplicada en la represión”. Clarín dirá: “Tenía 47 años. El militante muerto en el Obelisco es un ex integrante de las FARC colombianas”. La Nación dirá: “Ex miembro de las FARC. Quién era el hombre que murió en el Obelisco tras ser detenido por la policía”. Y la declaración del jefe de gobierno porteño y precandidato a presidente por Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta: “Muerte del manifestante. Larreta, minutos antes de la veda electoral. -Lo de ayer en el Obelisco fue un infarto-”. El mismo discurso replicó Patricia Bullrich, precandidata a presidente por Juntos por el Cambio. Es curioso como antes de ayer en el crimen de Morena, la policía no pudo prevenir nada, los funcionarios con responsabilidad en el caso: Diego Kravetz (ministro de seguridad y precanidato a intentende de Lanús) y Néstor Grindetti (intendente de Lanús, presidente de Independiente y precandidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires), culpan de la inseguridad a los jueces garantistas y buscan culpables en menores y en diputadas que los defienden como Natalia Zaracho. Y una nena de 11 años está muerta. Y ayer la policía no hizo nada para provocar la muerte y Eugenio Burzaco, ministro de justicia y seguridad de la ciudad de Buenos Aires no mandó a reprimir y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta dice que fue un infarto y listo. Y una persona de 47 años está muerta. Y otra vez la criminalización de la protesta y la detención de otras seis personas: Jimena Cejas, Lucía Machado, Alicia Machado, Horacio Ferreyra, Rubén Yaquet y Hernán Loyola. Hoy a las diez hay una marcha justamente en el Obelisco para repudiar otro asesinado a manos de la policía, convocada ayer en los medios por Gabriel Solano (legislador porteño, presidente de la comisión de violencia institucional de la Legislatura y precandidato a presidente por el Frente de Izquierda) y otras organizaciones sociales, sindicales y de derechos humanos bajo el lema: “Facundo fue asesinado por el Estado”. En una Argentina donde cualquiera con posibilidad de matar, te quita la vida. Sea moto chorro o policía. Y me preocupa un país donde todos días hay un acto de violencia. Y a la violencia en todos los ámbitos y en especial desde el Estado se la niega o se la justifica. Vamos a tener que pensar y hacer algo para que esta escalada de agresiones y asesinatos no crezca. Y esto no se soluciona solo con votar a uno u otro candidato o candidata en las elecciones del domingo, se soluciona haciéndonos cargo de cada cosa que hacemos mal en nuestras vidas.
