Imaginería pornográfica de Malvinas en Néstor Perlongher. Autor: Lucas Martinelli

Imaginería pornográfica de Malvinas en Néstor Perlongher. Autor: Lucas Martinelli

Lucas Martinelli (UBA/UNTREF)

 

I. INTRODUCCIÓN

Durante la guerra de Malvinas, Néstor Perlongher se posicionó en contra de aquellos que estuvieron a favor del embate sobre las islas al criticar de manera taxativa a los defensores del argumento bélico. Una sociedad permeada por la influencia de las instituciones estatales y una opinión pública, construida desde un intenso sensacionalismo mediático y plagada de insignias patrias, contribuyó con la gran adherencia que tuvo el clima nacionalista. La arremetida sobre las islas gozó de un consenso cuya complejidad solo puede ingresar al campo de la especulación intelectual para aquellos que no vivimos en esa época con plena conciencia del proceso político en curso.

Por una derivación lógica de los acontecimientos, la historia concluyó en que la miradas ostenida por Perlongher encuentre hoy sentido en la proximidad a un punto de vista común: la guerra de Malvinas resulta un recuerdo doloroso para nuestra historia nacional, pero no simplemente como otra batalla independentista perdida por larecuperación de un territorio, sino que está indisolublemente asociada con el luto por lospibes que murieron en medio del frío, el hambre y el ocultamiento de un gobiernomacabro y funesto. En su último acto, la dictadura cívico-militar ingresó a una guerracuyas heridas no terminan de cerrar. A más de treinta años del conflicto existe unapeligrosa continuidad histórica sobre la que no debemos dejar de reflexionar, prueba deello son las celebraciones militares del 9 de Julio pasado.

Desde un exilio -que en sus propias palabras fue “sexual”-, Néstor Perlongher escribe tres artículos de corte periodístico con un ímpetu antiimperialista y humorístico: “El deseo de unas islas” (1982), “Todo el poder a Lady Di” (1982) y “La ilusión de unas islas” (1983). Allí el cuestionamiento al apoyo civil de la guerra por parte de los intelectuales y de algunas organizaciones de izquierda se hace explícito. En el contexto de estas declaraciones públicas, resulta llamativo uno de sus textos de ficción poco difundido y del que si bien se sabe que fue escrito en los primeros años de los noventa, no se posee la fecha exacta. El informe Grossman hace aparecer la sexualidad de manera desenfrenada y grotesca para dislocar los lugares comunes a los que se asocia lo gay, o particularmente el relacionamiento gay-gay, que interesa a Perlongher como el desarrollo de una sexualidad que podríamos relacionar a los términos de “extranjería” e “higienismo” ante la emergencia del sida y lo que denominó la “desaparición de la homosexualidad”.

 En el marco de la guerra, se construye una farsa en la que la repetición del detalle sexual se profundiza y expande hacia una forma de erotismo de dominio liminar al goce de la mutilación de los cuerpos, la tortura y la muerte.

En esta exposición propongo algunos ejes de lectura de El informe Grossman en relación a la literatura sobre Malvinas, el contexto histórico y a la puesta en escena de una imaginería pornográfica que desestabiliza cualquier tipo de sexualidad normativa.

II. EL INFORME

 El informe Grossman presenta un programa informativo dividido en cuatro apartados que se identifican con números romanos. Los primeros recopilan una serie de textos que se relacionan con las discusiones del momento sobre Malvinas y la homosexualidad en un sentido amplio. Los otros presentan los testimonios apócrifos- de dos colimbas, en donde se incursiona sobre la puesta en escena de la sexualidad. Por las características dela temática y la forma en la que se construye el texto puede hacerse un vínculo con objetos como los fanzines o los periódicos de circulación clandestina durante la dictadura. Interpreto en este sentido, las figuras que se despliegan en los dos primeros apartados y luego en el tercero y cuarto como dos conjuntos complementarios. El texto comienza con la siguiente frase:

UN MANIFIESTO DEL DESAPARECIDO Ejército de Liberación Homosexual de las Malvinas (en el exilio), propalado en junio de 1982, revelaba un aspecto poco conocido de esa remota guerra. (2009: 75)

Néstor Perlongher sobre Malvinas

Este enunciado condensa una multiplicidad de significaciones, entre las cuales se puede pensar el develamiento de la cuestión homosexual durante la guerra y más allá de esta, durante la dictadura. Si bien la palabra manifiesto remite al dispositivo estético de las vanguardias, en este caso acompañada por la forma de boletín informativo, se acerca alas nociones de vestigio, denuncia y memorial. El vestigio se condensa como rastro poético de una situación concreta sufrida por un colectivo. La denuncia es la exposición pública de una injusticia. Y el memorial se convoca en tanto objeto de cultura que instaura un hito contra el olvido.

Al asimilar las figuras de los exiliados, los caídos del ejército y los desaparecidos -por sus condiciones sexuales-, se homologa la violencia sufrida por los cuerpos en el contexto de la utilización de los instrumentos represivos del estado por parte del poder dictatorial. Manifestar el aspecto poco conocido de la guerra, es descubrir aquello que la trama social oculta: las manifestaciones identitarias de la sexualidad que no coinciden con la heterosexualidad en su continuidad ideológica de “familia reproductiva-nación” y se vuelven objeto de persecución, erradicación o aniquilación. Por lo tanto, el proyecto de mostrar lo escondido es el modo activo de luchar contra un sistema que se encarga de eliminar todo pliegue de diferencia sexual.

No me detendré en el análisis de los dos primeros apartados y señalaré solo dos cuestiones. La primera es que la utilización de las citas (el informe Kinsey, Psicología de las masas de Freud, la polémica en la revista sitio con Ramón Alcalde, Los pichiciegos, Los pibes de la guerra) exponen un panorama de cultura y sociedad que sirven al narrador para reconocer, cuestionar e ironizar sobre los vericuetos del pensamiento heterosexual para escapar del desarrollo de una escena que aluda a la circulación del deseo homosexual. Y la segunda cuestión es la emergencia de la loca, construida sobre una voz de enunciación femenina en lucha contra el patriarcado, entre cuyos signos se expresa la firma y el nombre, Rosa. Ayer María Moreno nos dio una brillante exposición sobre las políticas del nombre y escribió al respecto en los años noventa:

Por entonces los dos escribíamos en una revista feminista (Alfonsina) donde él, bajo el seudónimo Rosa L de Grossman y el estilo radical-kitsch, intentaba convencer a la izquierda exquisita de que ella también tenía un sexo y de que a éste no siempre le interesa el sexo opuesto. En: (Cangi ySinevich (Comps.), 1996: 194).

Néstor Perlongher sobre la sexualidad

III. LOS TESTIMONIOS.

No hay primera persona más desoladora que la que bucea en la memoria tratando de recomponerlas imágenes desgajadas del frente de batalla y no hay interpretación política que pueda reemplazarla. (Speranza, 2012:421)

Néstor Perlongher sobre Malvinas

En los apartados tercero y cuarto los testimonios de Tomy G. y Damián H. permiten entrar de lleno en el juego ficcional. Los relatos son de personajes provenientes de dos lugares del conurbano “Monte Chingolo” y “La Tablada”, lo que se vincula en una primera instancia con sucesos protagonizados por organizaciones armadas, como el asalto fallido del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) a fines de 1975 y el copamiento de la tablada por parte del MTP (Movimiento Todos por la Patria) en el año 1989, y por otro lado, estos espacios se relacionan con la recurrencia de anclar los cuerpos a la geografía que también puede ser de una nación (“argentinos” y “gurkas” o “ingleses”), de una provincia (“cordobés”, “correntino”, “tucumano”, “mendocino”, “salteño” y “chaqueño”) o simplemente a un tránsito urbano (“se caía de pinta de chongo de Lavalle”). Perlongher, en “El deseo del pie”, su posfacio al Manual do Pedólatra Amador. Aventuras e leituras de un tarado por pés. (1985), escribe:

La homosexualidad no es subversiva en sí, como acto anatómico. El mero ejercicio de su práctica no determina a priori su sentido micropolítico. No se puede recurrir a un modelo médico-biológico de sexualidad. Habrá siempre que prestar atención a las coordenadas sociales que se agencian en la unión de los cuerpos. (1997: 109)

Néstor Perlongher sobre la homosexualidad

Siguiendo esta línea, las identidades nacionales, provinciales o regionales se muestran como un modo de inscribir, desde el significante territorial, el juego de oposición de las coordenadas sociales. El cruce de los cuerpos provenientes de geografías diferentes, donde de modo comparativo se establecen relaciones de poder o dominación, se vuelve el acto subversivo que la homosexualidad no constituiría en sí misma como acto anatómico. El enlace afectivo, material y corpóreo entre “lo alto” y “lo bajo” se vuelve el agenciamiento micropolítico que persigue la propuesta estética de Perlongher.

En la época del conflicto, el desarrollo de los medios de comunicación atravesó una etapa de punta que permitió el registro masivo. Gracias a dispositivos como el video y el grabador portátil de voz, existe una gran producción de testimonios orales sobre Malvinas. En los relatos de la guerra, proliferan las referencias al drama del frío, el hambre y el acecho lúgubre de la muerte. En la poética de Perlongher los cuerpos pueden mutilarse y despedazarse, pero no por ello perder la vida. Hay una emergencia de la experiencia del hambre, pero se trata del hambre sexual: “La fama de mi sed no tardó en expandirse” (2009: 87) y se sacía con los excrementos y la orina que se vuelve un “oro denso”. La mención del frio se utiliza como excusa para que los personajes tengan relaciones: “Para qué vas a salir de la carpa, rezongaba yo, que está tan frío…” (2009: 87) La presencia de la muerte, antes que construir una escena penosa ola crimógena, se convierte en una fiesta. La muerte se hace pequeña, una pequeña muerte.

IV. IMAGINERÍA PORNOGRÁFICA.

La transgresión no es la negación de lo prohibido sino que lo supera y lo completa. (Bataille,2010:67)

Néstor Perlongher sobre la transgresión

El pocito (trinchera) se transforma en el espacio de festividad donde se despliega lo que se puede denominar imaginería pornográfica. La imaginería pornográfica se presenta como una galería de sadomasoquismo colectivo, donde lo excrementicio, la violencia y lo lúdico se potencian en el placer de los cuerpos. El sexo grupal (la orgía) diluye los límites de los individuos, de un modo distinto al que lo hacen las minas ocultas en las islas cuando explotan y despedazan la carne, pero se vincula también a un estado excepcional. El impacto sobre los cuerpos se recibe gustosamente y expone las formas más extremas de la imaginación sexual.

Las situaciones de picaresca se entremezclan: un colimba intenta “zafar” de ser reclutado y al no lograrlo, aprovecha y se dedica a gozar de la experiencia oyendo los consejos de las locas. Otro se traslada al pabellón de suboficiales gracias a los favor es que le brinda un sargento y allí anhela volver con los soldados, porque satisfacer a los de mayor rango militar es aburrido: son más viejos y tienen menor potencia sexual.

La sexualidad se presenta de forma lúdica. Basta un poco de tiempo libre para ponerse a jugar “al baño” o “al inglés”, lo que implica cagar a alguien en la boca, orinar a la loca -mientras se la pasiviza/feminiza o “anticipar la fiesta”, en vez de tomar el encuentro con el enemigo para acabarlo de eliminarlo, acabarlo de gozarlo y coger con él.

Los ingleses (en la concreción de “el mito del gurka violador”) sorprenden al narrador del segundo testimonio por su imaginación sádica de mayor potencia: broche de la ropa en las tetas o los huevos, colgar del techo con cadenas o coger con forro de pinches de acero. Así, los dientes se rompen a patadas. El “ojo del culo” se ensancha de un cuchillazo. A un personaje le cortan la pija de un tajo y se la insertan en el culo. El cuerpo reubica sus partes y los órganos se vuelven prótesis que resemantizan sus funciones.

El despliegue de las técnicas de tortura se transforma en un desarrollo de juegos con las intensidades corporales que generan nuevas lógicas de poder en un consentimiento asumido y deseado. El goce entre los límites de la violencia es el de suspender el cuerpo en un estado de pasividad que atenta contra el imperativo patriarcal y contra el imperativo de la defensa acérrima del cuerpo de la nación, en un giro del punto de vista social que rescata la conciencia de la vulnerabilidad como una situación concreta del contexto bélico internacional.

La construcción de un panorama farsesco sustituye la fría realidad por un clima de jolgorio colectivo para las minorías. Lo burlesco se presenta en el texto como si fuese un archipiélago minado de ataques a la moral. Un archipiélago de mil pequeñas islas, donde se producen múltiples combinaciones de los cuerpos que despliegan los tentáculos de un deseo monstruoso y amenazante. La risa como efecto físico se contrapone a la atmósfera de una época regida por el terror sostenida sobre treinta milgrandes ausencias.

La emergencia de un cuerpo grotesco (abierto, en tajadas, detritus expuesto y alimentado de orina) se presenta como un cuerpo que recupera la violencia que lo afecta y la transforma con un gesto, en el que la exposición del cuerpo violentado (exiliado, desaparecido, caído) se vuelve acto de resistencia.

Bibliografía citada:

Bataille, G. (2010). El erotismo. Buenos Aires: Tusquets.

Bellucci, M. (2010). Orgullo: Carlos Jaúregui, una biografía política. Buenos Aires: Emecé.

Cangi Adrián; Siganevich Paula; (Comps.). (1996). Lúmpenes peregrinaciones. Ensayos sobre Néstor Perlongher. Buenos Aires: Beatriz Viterbo.

Cozarinsky, E. (2007). Maniobras nocturnas. Buenos Aires: Emecé Editores.

Fogwill, R. (2006) 1982. Los pichiciegos. Buenos Aires: Interzona.

Guber, R. (2012). ¿Por qué Malvinas?: de la causa nacional a la guerra absurda. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Kohan, M. (1999). El fin de una épica. Punto de vista, 6-11.

Perlongher, N. (1997). Prosa plebeya. Buenos Aires: Colihue.

Perlongher, N. (2004). Papeles insumisos. Buenos Aires: Santiago Arcos editor. Perlongher, N. (2009). Evita vive y otros relatos. Buenos Aires: Santiago Arcos.

Speranza, G. (2012). Invisibles. Malvinas 1982-2012. exlibris, 420-427.

 1 La idea de exilio sexual quedó registrada en una entrevista realizada por Osvaldo Baigorria para unnúmero de la revista Cerdos & Peces del año 1985: “Mirá, mucha gente se fue durante la época de la dictadura, porque era insoportable ser gay en la Argentina. Era cosa de salir a la calle y que te llevaran (…) Yo en realidad me fui en el ’81, o sea que me banqué los peores años. Y realmente fue un exilio, pero a la manera de esos exilios microscópicos, moleculares: la gente se va solita, o en pequeños grupos, sin asumir su condición de exiliados” (Perlongher, 2004: 273-274).

2 Una asociación natural permitiría considerar que los homosexuales en argentina han sufrido una violencia mayor durante el período dictatorial. Sin embargo, los edictos policiales tuvieron continuidad durante los períodos democráticos y la violencia en los distintos períodos ha sido la misma. Néstor Perlongher menciona los edictos en varios de sus escritos y en una de las mayores luchas de la época posterior a la dictadura fue por la derogación de los mismos.

Respecto a la década del ochenta Mabel Belucci señala: “En ese momento, el discurso homosexual se debatía en un delicado equilibrio entre el relamo de sus demandas y un estado de sospecha presente. De hecho en la búsqueda de las mayorías por una apertura democrática, las minorías percibían su exclusión.

Sin embargo, guardaban la esperanza de ser interpelados por un Estado que se abría al conjunto en torno a la universalidad de derechos. ”(2010: 38) Y reproduce los edictos 2°F y 2° H: ““los que se exhibieren en la vía pública o lugares públicos vestidos o disfrazados con ropa del sexo contrario” y “las personas de uno y otro sexo que públicamente incitaren o se ofrecieren al acto carnal”- fueron soportes cruciales para que la policía, mediante allanamientos, razias y detenciones arbitrarias, pudiese perseguir, detener y reprimir a los homosexuales en sus lugares de encuentro.”(2010: 39)

3 Es posible especular que las iniciales de los apellidos remitan a Gay y Homosexual.

4 Por ejemplo, en un polémico texto como Evita vive, Perlongher teje una ficción donde el cadáver de Eva Perón baja a los suburbios para tener sexo en cada hotel organizado.

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