Ana Luz Arrieta es escritora marplatenese, autora de la novela “Los restos” y docente secundaria.
¿De que trata Los restos?
‘Los restos’ reconstruye el pasado familiar e íntimo de la Hija menor. La nouvelle se divide en 18 capítulos y aborda temas como adicciones, violencia, orfandad, muerte, desarraigo y, en ese contexto, la literatura aparece como refugio.
Para tratar estos temas, en cada capítulo aparecen diferentes registros, voces y estructuras -fragmentos- que componen una especie de mosaico. Esta puesta de valor en lo estético es una forma de compensar lo trágico de los hechos, y quizás permite al lector una lectura más ‘ágil’ y placentera.
¿Qué género literario te gusta más para contar historias?
El género realista, sin dudas. Si me presento en una librería, mis ojos se van en esa búsqueda. Si miro mi biblioteca ahora, lo reafirma.
En mi escritura personal también aparece, me siento cómoda con la descripción de personas que observo y con hechos que me suceden o le sucedieron a alguien. La idea de reflejar la realidad y acercarme con la escritura me gusta, puedo analizar, puedo detenerme en gestos, palabras. Por otro lado, y no sé si es virtud o defecto, creo que tengo un estándar de incredulidad muy alto. Me cuesta sumergirme en las historias fuera de la lógica “natural”.
¿Te experiencia docente influyó en tu manera de escribir?
Sí, categóricamente. Dicto clases de literatura en escuelas secundarias y el estar en contacto con adolescentes implica buscar variedad de textos para ejemplificar la teoría y para gusto personal de ellos, esto me permite y casi diría me obliga a no olvidarme de cómo se lee hoy.
Mi experiencia en la docencia me dice que se lee, sí claro, pero cada curso y cada escuela en un contexto determinado lee de manera diferente. Y ahí está el desafío, cómo se lee: ¿gusta más la historieta? ¿El manga? ¿Y si les acerco obras teatrales?
Y esto me permite un pantallazo para extraer ciertas categorías generales que se repiten: brevedad, calidad, desafío, suspenso, personajes bien descriptos. Entonces, pienso en mis textos, y sobre todo en Los restos, no hay duda de que responde a la experiencia docente en el sentido que es una nouvelle contemporánea por su lenguaje, los diferentes registros (cartas, diálogos, obituarios, etc) para mantener el papel activo del lector, es concisa, y así podría seguir enumerando.
