¡Hola Javier! La universidad no es lo que somos, es lo que podemos ser. Mi papá no completó el secundario y mi mamá sí el terciario. Y mi hermana y yo tenemos un título universitario gracias a la universidad pública. Mi hermana es abogada y yo licenciado en comunicación.
Cuando elegí la carrera que quería estudiar en ningún momento se me pasó por la cabeza ir a una privada. Una porque no tenía la plata para pagarla, pero principalmente porque entendía que la UBA era mejor. Y no lo digo yo, los dicen los rankings de universidades que la colocan entre las 50 mejores del mundo y lo dijo gran parte de la sociedad ayer en una marcha federal universitaria que reunió a 1 millón de personas en todo el país y a 800.000 en los alrededores de la Plaza de Mayo. Justo enfrente de donde trabajás vos.
Desde el retorno de la democracia que no veo tanta gente en una marcha. Y vos podés recortarle el presupuesto a la educación y estigmatizar a los que se movilizan en contra de tus medidas y decir que somos zurdos, que estamos politizados, adoctrinados o que pertenecemos a algún partido político o agrupación. Pero te puedo asegurar que ayer en la Plaza de Mayo había muchos que te votaron a vos. Sin ir más lejos Lousteau y Yacobitti estoy seguro que en el balotaje te votaron y hoy no.
Si hay un aglutinante que puede reunir a tantos en tu contra es la defensa de la educación pública. Tu amigo López Murphy tuvo que renunciar a ser ministro de la Alianza cuando les quitó fondos a las universidades. Patricia Bullrich no pudo aplicar su protocolo antipiquete ayer. Porque no es un piquete.
Ahí el primer error de interpretación. El segundo que vos no podés financiar a las universidades como lo estás haciendo con la obra pública o la transferencia a las provincias. Porque este no es un tema de plata, es un tema de derechos y obligaciones, de asegurar las condiciones para que todos los que quieran estudiar en la universidad estudien. Para que todos los que quieran progresar progresen soñando un futuro mejor.
Dos millones de alumnos estudian en las universidades nacionales, algo así como el 75 por ciento del total de los alumnos, y solo el 25 por ciento va a las universidades privadas.
Vos sos economista, así que la cuenta te la dejo a vos.
También la de luz, la de insumos, la de los sueldos docentes, no docentes, becas, infraestructura, etc. Que dejaste colgadas y congelaste desde el año pasado.
Y vos podés hacer una auditoría si querés. Pero primero tenés que hacerla y después ver si hace falta recortar o no. Porque a lo mejor estás equivocado.
Y ya que te jactás de haber logrado un superávit fiscal producto de licuar salarios principalmente a jubilados y empleados públicos, no pagar la deuda externa y no ejecutar partidas votadas en el presupuesto del año pasado. Usá esa platita para la educación. Cualquier argentino de ley lo hubiera hecho por vos.
