Una mujer que llamaremos Carmen ingresa al consultorio en los Consultorios Externos del hospital público diciendo: ¨Ya tengo la medicación, estuve consultando con el médico, hablamos?¨
Abordaremos algunas cuestiones relacionadas con el discurso psicoanalítico en el Hospital Público. Para ello comenzaremos diciendo queel hospital está tomado por una serie de discursos que necesariamente atraviesan a la institución, a los profesionales ya los pacientes, esto es, que una serie de entrecruzamientos discursivos actúan en él determinando su funcionamiento. Estas determinantes culturales pueden pensarse como históricas, no universales, producidas por el hombre. Para mostrar esa historicidad volveremos hacia atrás unos cuantos siglos.
¨La escisión cuerpo y alma a diferencia de lo que comúnmente se dice comienza con Platón, quien plantea un cuerpo corruptible, mortal, sometido al devenir y un alma eterna que vive en contacto con las ideas. Platón llama episteme al conocimiento de la idea y opinión o doxa a la apariencia. Podría recorrerse la edad antigua, la media, la modernidad y notar que en el cristianismo de lo que se trata es de la sobrevaloración de la escisión platónica. El cuerpo es el lugar de los pecados, en tanto el alma es santa. Lo constitutivo es la escisión y no la valoración de los términos.¨(Lewkowicz, 1995)
Tomando el discurso de la modernidad podemos ver que la distinción entre cuerpo y alma sigue vigente, alma destinada ahora como razón o como conciencia. Esa razón cartesiana fue el lugar desde donde fueron leídas todas las acciones. Con Descartes las ideas de ser completo, identitario, consciente y racional sostienen este discurso, y estas ideas surgen de contingencias históricas, no debido a necesidades intrínsecas u objetivas, pero de hecho quedaron plasmadas como universales.
Este individuo completo, acabado, propietario de sus actos, portador de la razón, es alterado en el seno del positivismo por Freud, a partir de su teoría del inconsciente. Se puede ubicar allí una ruptura en la medida en que Freud sitúa un individuo descentrado, un sujeto de la hiancia, de la división, sujeto del sueño, del lapsus, de las formaciones del inconsciente.
Si con el sujeto cartesiano hay transparencia de la conciencia en el yo, si el discurso moderno supone la existencia de un ser indiviso, voluntarista, dotado de razón, Freud viene a dar cuenta de un sujeto del desconocimiento. Por lo tanto podría pensarse al inconsciente como el término excluídoen la modernidad.
¨…este inverso que él o yo no soy o yo no pienso realiza por relación al cogito, va a tratarse para nosotros de interrogarlo, de una manera tal que descubramos el sentido de ese vel (´o´) que lo une, y el alcance exacto que la negación puede tomar aquí, para darnos cuenta de lo que atañe al sujeto del inconsciente. (Lacan ,1966-1967, p.29)
Se invierte así el imperativo cartesiano del pienso entonces soy. Esta concepción marca una ruptura significante a las concepciones psicológicas de la épocaque, desde un racionalismo exacerbado, garantizan que por introspección se puede llegar al conocimiento de la conciencia que aparecería como transparente. Es así como el psicoanálisis señala lo excluído por el discurso de la modernidad.
Tomemos ahoraal hospital, su adscripción a la modernidad y al discurso por ella formulado.
Cúal es su función?Curar?salud para todos?
El hospital tiende a restaurar la armonía, volver a un estado anterior.El ¨para todos¨ nos indica uniformidad.
Si el hospital público viene a encargarse de curar a todos, el psicoanálisis plantea el caso por caso, la posibilidad de ubicar al sujeto como un sujeto del inconsciente, responsable de lo que dice y hace.El hacerse responsable del sufrimiento coloca las cosas en otro lugar.
¨…Pero siguiendo con la inscripción social del hospital se puede sostener que está tomado por la política del mercado. Si en la modernidad podíamos hablar de un sujeto racional, de la conciencia, es preciso notar que ha habido un cambio a partir de las prácticas y los discursos, un cambio en la subjetividad instituída, donde la política del mercado fue generando que el sujeto quede alienado a esa lógica¨.(Lewkowicz, 1995)
Tomando la hipótesis del autor, la política de mercado otorga un ser. Se es en la medida que uno se constituye en consumidor. El mercado inunda la vida subjetiva. En esta lógica todos los objetos están organizados de acuerdo a la suma de dinero con que puedan ser comprados y lo que no vale nada no existe. Los sujetos quedan en condición de igualdad con los objetos.
Las políticas de mercadotienden a producir una operación de objetalización de los seres humanos, esto es, tal pastilla lo relaja, tal otra lo anima, dando escasos lugares a la escucha del padecimiento de ese sujeto. La igualación que hace el mercado entre seres humanos y cosas equivale a la abolición de lo simbólico, a la supresión de las diferencias. El respeto por la singularidad es otro camino.
Entonces cuál es el lugar posible del psicoanálisis en la institución pública hospitalaria?
No es una terapéutica como otras, no cura en el sentido de extirpar un cuerpo extraño para recuperar un estado anterior. No se trata de volver al sujeto a una supuesta normalidad perdida, sin embargo la práctica no es sin efectos.
La lectura que hizo la psicología del yo (Horney, Ana Freud, Kris, Erikson, Hartman, Spitz, Mahler, entre otros)del planteo freudiano fue igualar cura con adaptación y definir objetos terapéuticos coincidentes con los ideales del analista o con el ideal social. Freud en el texto ¨Nuevos caminos de la terapia analítica¨ indica que no hay que educar al paciente para que se asemeje al analista.
No se trata de imponer una curación basada en una propuesta adaptativa sino de abrir al sujeto a la dimensión de su verdad, a una dimensión subjetiva. Le da la posibilidad al sujeto que hable de su sufrimiento, le da la palabra y coloca el saber de su lado.
El hospital provee del marco analítico posible para que aparezca lo singular, el saber no sabido, las marcas de la historia, la singularidad de ese caso en cuestiónrequierenque alguien las escuche.Y puede alojar a esos sujetos que fuera del hospital rebotan por el mundo por razones subjetivas, sociales o económicas.
Adherimos a este modo de inscripcióndel psicoanálisis en la sociedad. Subrayamos la propuesta que Freud realiza en ¨Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica¨en la medida que propone un movimiento de apertura.
A la esperanza que los pacientes tienen en la medicación, el psicoanálisis agrega el entusiasmo en el decir.
Las palabras de Carmen comentadas en el inicio de este texto, son un llamado a que la experiencia analítica tenga lugar en la institución pública hospitalaria.
Bibliografía
Descartes,R, (1637-1641) ¨El discurso del método¨ (1637), ¨Meditaciones metafísicas¨ (1641). España: Ed. Espasa Calpe. 2007.
Freud, S. ,¨Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica¨, en Obras Completas, TomoXVII, Bs. As. Amorrortu, 1994.
Fariña, J. J., ¨La ética de lo simbólico en el mundo de lo formal: Juventud divino Tesoro¨, Conf. ¨Jornadas nacionales sobre cuestiones bioéticas en instituciones hospitalarias de salud mental¨, Mar del Plata, marzo , 1993.
Lacan. J (1966-1967) El seminario XIV La lógica del fantasma.
Lacan, J. Seminario XI,Los cuatro conceptos del psicoanálisis. Buenos Aires Paidós, 2012.
Lewkowicz, I. , ¨Un obstáculo en salud mental o la eficaia de un pasado silencioso¨, Conf. ¨El hospital hacia el fin del milenio, Bs. AS. Junio 1995.
Lombardi, G. , ¨La clínica del Psicoanálisis I.¨ Etica y técnica, Bs.As. Atuel, 1994.
Pujó , M. , ¨Psiquiatría y psicoanálisis¨, en Psicoanálisis y Hospital, Bs. As. N·5, 1996.
Platón, (427-347 a.c.)´Diálogos¨, ¨La república¨, ¨La inmortalidad del alma¨en el Fedón, ¨El banquete¨.
Georgina Gagliardi es Psicóloga de planta de Hospital Público, Especialista Clínica, Docente Universidad de Buenos Aires , maestranda en Psicoanálisis Universidad de Buenos Aires
