Tengo la fantasía que cuando un político es elegido presidente, llega a su despacho, entra, mira el sillón y cuando quiere sentarse, se da cuenta que hay seis o siete tipos sentados esperándolo. Y digo tipos porque por lo general son varones. Un gran empresario, un banquero, un sindicalista importante, un narcotraficante, alguien del FMI, un mafioso de turno, algún que otro gringo, etc. Y no digo un militar y un representante de la iglesia católica porque ya casi ni participan. Y a partir de ahí veremos que muñeca tiene para negociar, ceder o enfrentarlos. Desde la recuperación de la democracia, Alfonsín, negoció, cedió y perdió. Menem, negoció y pareciera que no perdió tanto. De la Rúa, perdió. Kirchner, negoció y pareciera que ganó. Cristina, los enfrentó, ganó al principio y cuando empezó a perder, mintió para no parecer que perdía. Macri, negocio al principio y cuando empezó a perder, mintió para no parecer que perdía tanto. Y Alberto Fernández, negoció y cuando parecía que tenía algo controlado, cedió y perdió. Pero lo que tuvieron en común todos estos gobiernos fue una sociedad divida en dos. Entre radicales y peronistas o peronistas y antiperonistas o entre kirchenistas y macristas. Y si le ponemos nombres a las coaliciones actuales: entre el Frente de todos y Juntos por el cambio. Pero ahora parece que la división no es por mitades sino por cuartos. Un cuarto lo tiene el Frente de todos, hasta ahora con Wado, Massa, Máximo y Kicillof, y Cristina como estratega política. Otro, lo tiene Juntos por el cambio con Patricia Bullrich y Néstor Grindetti y no mucho más, pero con el apoyo de Mauricio Macri; y Horario Rodríguez Larreta buscando radicales. Otro, La libertad avanza de Javier Milei y sin mucho armado aparente. Y el último lo tienen los indecisos, ya sea porque no saben a quién votar o esperan saber quiénes son en realidad los candidatos para no pensar en alguno que después no sea. Pero también puede ser una elección de sextos con el Frente de todos con kirchenistas (Wado y quizás Massa) y peronistas no tan kirchenistas (Scioli, Agustín Rossi y quizás Massa) ; con Juntos por el cambio con Bullrich por un lado y Larreta por otro; La libertad avanza con Milei; y los indecisos que podrán ir a alguno de éstos, a la izquierda, a un ex militar, al peronismo federal o a los gobernadores peronistas según cuál se presente o a alguna otra opción que se anote el 14 de junio cuando se inscriban las alianzas. Así que una vez conformados los espacios políticos, habrá que ver quién puede sumar más votos. Y los encuestadores que se pasean por la televisión dicen que el Frente de Todos tendría más o menos el mismo piso que techo: 25 % (salvo que Wado despegue o sume a ex peronistas: Randazzo, Schiaretti, Monzó, como sugirió el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela en el acto de Cristina). Que Juntos por el Cambio es el que tiene más chances de crecer: 25% para arriba (y que en una PASO: Bullrich le sacaría 10 puntos a Larreta). Que a Milei con cerca del 25% le conviene que la situación económica esté peor, así más desencantados lo ven como alternativa; y que los indecisos, también con 25%, más cerca de las elecciones que son: Paso el 13/08, Generales el 22/10 y Balotaje el 19/11, se definan. Y apurado por las consecuencias fue que Larreta apuró a definir candidato en la Ciudad y finalmente es Jorge Macri como había arreglado cuando mandó a Santilli a la provincia y se mete de lleno en el armado nacional y mucho indica que su vice será Gerardo Morales. Por arriesgar una fórmula si me dejan. Y con esto me pongo a imaginar y sugiero estas fórmulas ganadoras: Wado de Pedro – Juan Schiaretti o algún otro gobernador peronista del interior; Javier Milei – Eduardo Menem -lo pongo solo como ejemplo- o algún gobernador peronista de derecha; Patricia Bullrich – Mauricio Macri (esta sería una genialidad) o María Eugenia Vidal; Horacio Rodríguez Larreta – Gerardo Morales (es la más posible). Y con esto bajo a Sergio Massa, a Daniel Scioli y a algún otro candidato o candidata que dice que quiere, que no quiere, que se muestra y no se muestra. Muchos de ellos todavía ni se hablan. Pero en política todo es negociable y más en elecciones, y después se pelean. Pero toda esta rosca ocurre en CABA o en el AMBA, donde la mayoría viven y desde donde casi todos gobiernan. Cuando hasta ahora los únicos que ganaron elecciones son los gobernadores peronistas por izquierda o por derecha. Y si los chinos no mandan yuanes, nos quedan los 350 millones de dólares que un analista político dijo por televisión, tenemos los argentinos guardados debajo del colchón para hacer un viajecito cuando las elecciones sucedan.
