Ramilletes de flores, mensajes secretos.
Árboles frondosos, que guardan encuentros.
Las paredes hablan, se descascara la pintura, se puede insinuar lo que abajo se encuentra.
Tapar lo viejo con algo nuevo.
Las paredes hablan…. las bocas callan, ojos que miran asombrados.
Ramilletes de flores en la mesa, en el living, hasta en la cocina.
Cartas viejas, desteñidas, polvorientas.
Un baúl con recuerdos.Vestidos, cientos de ellos. Las joyas impecables, guardadas con mucho esmero.
Todo reluciente, excepto por esa pared descascarada que arruina el resto.
No queda no siquiera en composé.
Arruina el resto.
Lo que sigue son años dorados, belleza, juventud, alegría, baile, música.
Silencio…silencio..silencio. Ni el sonido de una mosca se hace sentir, es que no las hay. Está todo tan pulcro, tan de tan…
Da hasta pena dar un paso y que se marque el piso bien lustrado.
Antiguo, no plastificado, pero uno puede ver sus propias imperfecciones en él.
Ahora entró una abeja, claro! Las flores.
Entonces se escucha su zumbido con z pasear del comedor al living.
No queda nadie, sólo yo , en este gran salón.