Descripción del episodio
Un día la mujer cuyos hijos cuidaba le contó la verdad: Soy puta. Poco después le preguntó si quería atender a uno de sus clientes. Georgina Orellano calculó: con sus ingresos como niñera jamás podría superar la pobreza. Así que aceptó. En un rato ganó más que el salario mensual de su madre, empleada doméstica.