Lo que nos dejó el primer debate presidencial. Por Juan Botana

Lo que nos dejó el primer debate presidencial. Por Juan Botana

En los debates todos se sienten ganadores y después el pueblo dirá. Todos se concentraron en no cometer errores, al punto que por momentos leyeron sus intervenciones. Lo mejor del debate fue la novedad del derecho a réplica. El tema es que parece que el botón que usaban para pedirlo se rompió y muchos se los gastaron en el primer bloque sobre economía. Pero era donde se producían los mejores cruces y se podían ver las diferencias entre uno y otro. Además se salían del guión, planeado y monitoreado por los asesores. En ese formato los vi más cómodos a Milei y a Bregman y en el discurso largo a Massa y a Patricia. El primero en una pose muy parecida a las de sus conferencias de prensa, pero más serio y menos canchero; y la segunda contragolpeando en lugar de atacar y midiendo cada palabra al extremo que parecía que dudaba o nerviosa. Por momentos, Massa logró polarizar con Milei sobre economía. Bregman también, pero lo hizo más en el tema derechos humanos donde se sintió más cómoda. Schiaretti parecía el más sensato y normal, pero su tono no logra atraer la atención del oyente. Milei a su estilo transgresor y reaccionario dio rienda suelta al discurso negacionista con argumentos de Videla: Dijo que la dictadura fue una “guerra” y no hubo 30.000 desaparecidos. Massa aprovechó el espacio para dar anuncios económicos para su hipotético gobierno: moneda digital, reducción de impuestos y cárcel a los evasores; y para recordarle a Patricia cuando le recortó el 13 % de los haberes a los jubilados. Lo más gracioso fue cuando Bregman le dijo a Milei que no era un león, sino un gatito mimoso del poder económico. Bregman y Milei podían decir lo que querían porque tenían menos que perder. Un poco por personalidades y otro poco porque los frentes a los que representan no tienen gobernadores, ministros, intendentes, ni presidentes en juego. Massa y Patricia en eso se juegan mucho más. No es lo mismo gobernar que ser oposición y estar en funciones. Siendo oposición vas más suelto. Schiaretti quiso aprovecharlo pero su discurso es más medido y su proyecto de llevar lo que se hizo en Córdoba a la nación no termina de prender o no se conoce. Que el debate haya sido en el interior del país y en una provincia del norte como Santiago del Estero, cuando todos los candidatos y candidatas son porteños o casi, lo usó a su favor. Pero no hubo ganadores claros entre los candidatos. Por momentos cada uno tenía razón. Pero hilando fino se podría decir que en la capacidad de trasmitir propuestas estuvieron más firmes Bregman y Massa. Si se evalúa el oportunismo para meter golpes de efecto, quizás Bullrich estuvo mejor. Milei le habló a su electorado y no creo que defender a los militares le haya quitado votos. Lo mismo Schiaretti, pero apunta a un público menor. Habría que ver que piensan los que no votaron en las PASO -si es que vieron el debate y si van a ir a votar- y quienes todavía no tienen su voto definido para esta elección. No me parece que haya afectado el caso “Chocolate” en la provincia de Buenos Aires ni la opulencia de Insaurralde en un yate con su novia en Marbella, que apenas Bregman nombró. Pero en todo caso es una falta ética no un delito. Después hubo una especie de pacto de caballeros en ese tema y para Bullrich entraría en los abusos del kirchenismo. Todos jugaron a no perder. Milei no mencionó su propuesta estrella “la dolarización”, escondió la motosierra y apelo a los latiguillos agresivos y se imagina en un mano a mano con Massa. Pero estaba más tranquilo que otras veces. Bullrich siente que volvió al ring y que salió fortalecida en los cruces con Massa y Milei y que todavía está el segundo debate y 20 días para sumar votos. Massa cree que salió airoso de los ataques por la inflación y buscó despegarse de Cristina y Alberto. Schiaretti criticó varias veces a Massa y a Bullrich y se concentró en el “modelo Córdoba”. El debate presidencial en Santiago del Estero en el Centro de Convenciones tuvo pico de 42 puntos de rating y pantalla caliente, después del Boca-River. Los temas del primer debate fueron: “Economía”, “Educación”, “Derechos humanos y convivencia democrática”. Los temas del segundo debate el domingo que viene en la Capital Federal en la Facultad de Derecho serán: “Seguridad”, “Trabajo y producción”, “Desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente”. Veremos cómo sigue. Lo mismo que esta campaña presidencial que se hace larga entre PASO, Elecciones generales y casi seguro Balotaje. Los memes del gatito mirándose al espejo y viéndose un león en alusión a Milei hicieron estallar las redes. Cada uno se mirará al espejo y dirá… Pero lo importante es que votemos al que más nos guste y no al menos peor. Estamos todos frustrados y a lo mejor creemos que todos son malos. Algo bueno a alguno o a alguna le tenemos que ver. Votamos presidente cada cuatro años y estamos festejando los 40 años de democracia. Es una oportunidad única. Yo nací en el 69 y si bien la democracia llegó a mis 14 años, pude votar por primera vez en la consulta popular sobre el tratado del Beagle y recién en el 89 a presidente. Y pasaron muchos años y seguimos debatiendo la dictadura, los desaparecidos, la deuda con el FMI, la inflación, el déficit fiscal, las empresas del Estado y la convivencia democrática. Y ahora le sumamos la inseguridad, la pobreza y el narcotráfico. Y todavía nos debatimos entre interior y Buenos Aires. Y todavía discutimos quién es más peronista o más liberal. Pero más allá de los candidatos que pueden ser buenos o malos gobernando, aprovechemos el derecho a votar.

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