Lluvia de verano. Por María Elena Gómez

Lluvia de verano. Por María Elena Gómez

Va a llover, como llueve todos los eneros.
Miras las gotas que caen al piso formando globos en silencio.
“Me gusta chapotear en un charco de lluvia, aunque sea de mañana.
El ruido de las burbujas en mis zapatos,
el agua que recorre mi rostro””me gusta”.- aclaras- Me siento cómoda y te observo con una taza en la mano tomando café a sorbos.Vuelves a insistir: “Me gusta. Lo hacía cuando era chico” dibujas una sonrisa en la cara, como sí por instante estuvieses allí, en tu niñez. Embarrándote los zapatos, tu madre recriminándote por hacerlo.
Pero vos jugás, te divertís. En ese momento sos un barrilete jugando con el viento. Puedo escuchar tus carcajadas, sonando con eco, entre la lluvia y un silencio cómplice, travieso.
Entonces me levanto de mi asiento, dejo la taza de café sobre la mesa, camino hasta dónde te encuentras, te tomo del brazo y te animó a meternos bajo la lluvia, empaparnos , chapotear en los charcos.
Me miras y me decís: “Hermosa aventura, pero no sería lo mismo que a los diez años. Fue solo un recuerdo, solo eso. Ya no veo ni siento, como aquél chico. Tampoco hay una madre que me rete. Ahora , sabes? No me gusta mojarme, ni siquiera en verano.
Tener los pies fríos, y que los zapatos parezcan un bote, ya no me atrae.
Prefiero sentarme a tu lado tomar café, salir con el auto, mirar un película ,leer.
Eso es todo. Ya pasé los diez. Qué los disfruten los nuevos niños, ellos saben, no hay que enseñarles”.

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