“La población reconoce en la izquierda una fuerza de lucha, de compromiso, de coherencia, entre lo que dice y lo que hace”. Entrevista a Gabriel Solano. Por Juan Botana

“La población reconoce en la izquierda una fuerza de lucha, de compromiso, de coherencia, entre lo que dice y lo que hace”. Entrevista a Gabriel Solano. Por Juan Botana

Gabriel Solano es legislador porteño por el Partido Obrero y fue precandidato a presidente por el Frente de Izquierda en las PASO.

¿Qué tiene que pasar para que toda la izquierda se una?

Con relación a la unidad de la izquierda. Yo creo que no es tanto el problema porque al menos desde el año 2011 en la Argentina existe un Frente de Izquierda que en la actualidad reúne a los cuatro partidos de izquierda más importantes de la Argentina. Además, como hay una legislación electoral que establece las PASO, que incorpora una clausura proscriptiva que yo no comparto, pero que está vigente igual. En las elecciones generales ha habido solo una lista de izquierda, porque las listas que no están en el Frente de Izquierda no han pasado ese filtro proscriptivo de las PASO. Entonces, en la última elección presidencial por tomar un ejemplo, hubo una sola boleta de izquierda. En la elección a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hubo una solo boleta de izquierda. Al menos en términos electoral -insisto en términos electorales- esa división no está planteada hoy. Y sin embargo una lista única no ha sido suficiente para decir tuvimos un avance considerable.

Dicho esto, vos me podás objetar y con razón que el concepto de izquierda es más amplio, que refiere a una identidad política y hay gente de izquierda que no se siente representada por el Frente de Izquierda. Eso puede ser. También hay una parte de izquierda que sigue al kirchnerismo. Eso es así. Es un dato de la realidad. Y eso explica una división de la izquierda, no es un dato artificial producto de un sectarismo, son divergencias de mucho peso. El kirchenismo ha gobernado doce años. Primero con los gobiernos de Néstor y Cristina. Después a co-gobernado con Alberto Fernández, es decir, es una de las fuerzas del sistema capitalista que nosotros enfrentamos.

Entonces, la palabra de izquierda es a veces lo suficientemente difusa o genérica como para que a su interior haya estrategias opuestas. Nosotros estamos en contra del capitalismo y la izquierda kirchenista defiende al capitalismo. Esa es una razón suficiente para que no estemos juntos. Y es lógico que así sea. Y esa izquierda peronista y kirchenista esté mucho más con el peronismo en general, incluso de derecha. Los Manzur, los Massa y compañía. Tiene coherencia.

¿Por qué les es tan difícil captar la adhesión de las clases populares?

La cuestión de captar la adhesión de las clases populares. Yo creo que tiene que ser visto no como una cosa más estática que la izquierda capta una adhesión, sino si los trabajadores y las clases populares construyen una alternativa propia junto con la izquierda. Es un proceso de interrelación no es una tarea de uno solo y acá aparece una cuestión de experiencias políticas que hay que atravesar tanto a nivel nacional como internacional.

No cabe ninguna duda -y en esto quiero ser claro y categórico- que nosotros al defender una estrategia socialista somos vistos por una amplia parte de la población, incluso de los sectores populares como representantes de una causa que ha fracasado, por lo que fue la caída del Muro de Berlín y compañía. Entonces esa reversión de una tendencia que se ve como derrotada lleva un tiempo.

Yo creo que ese tiempo está transcurriendo en la actualidad, porque los que prometieron que iba a haber un capitalismo que desarrolle las fuerzas productivas, que asegure la paz, la convivencia de los pueblos, el incremento del bienestar general, no está ocurriendo. Al revés, cada vez hay más guerras en el mundo, cada vez más intensas, más crueles y que se preparan guerras mucho más graves y eso se ve en las tensiones militares que existen, en el incremento en los presupuestos militares de los principales estados. Muestra que el capitalismo no puede dar satisfacción a eso que decía que venía a dar y por lo tanto más tarde o más temprano una alternativa socialista volverá a ganar una adhesión mayoritaria como pasó en el pasado.

Y en el mientras tanto, en esa transición que hay que construirla, indudablemente nosotros apostamos a una fuerte militancia en los movimientos populares para que tengan una autonomía política de los gobiernos y de los partidos políticos del sistema capitalista y para eso la izquierda tiene que asegurar su propia independencia y no seguir al kirchenismo.

Yo soy de la idea que la izquierda que se hizo kirchenista colaborá, a su pesar -aclaro- a su pesar, con el triunfo de Milei, porque el fracaso del gobierno de Alberto Fernández, de Cristina Fernández de Kirchner y de Sergio Massa sentó las bases para el ascenso de Milei.

¿Por qué la gente dice que la izquierda tiene razón y después no los vota?

En relación a tu tercera pregunta no estoy tan de acuerdo con a afirmación que la pregunta contiene. Porque la pregunta parte de una afirmación que dice que “la gente dice que la izquierda tiene razón, pero después no te vota”. Porque eso ocurre. Yo creo que es más amplio el panorama de opiniones. En mi respuesta anterior, incluso te decía que una parte importante de la población cree que nuestra causa hoy no está vigente. Entonces tenemos que revertir esa visión histórica.

Así que lejos estoy de pensar que la población diría que tenemos razón. Lo que sí ocurre, que no necesariamente es que tenemos razón, es que la población reconoce en la izquierda una fuerza de lucha, de compromiso, de coherencia, entre lo que dice y lo que hace, de honestidad. Y en un país donde hay tanto veleta, tanto corrupto, ese es un activo, que tiene su valor nada despreciable. Pero no es lo mismo decir eso que hacer un acuerdo con la estrategia que nosotros defendemos. Esa es una tarea pendiente que tenemos que lograr. Lograr esa adhesión.

Y obviamente hay una parte de la población que puede pensar bastante como la izquierda, pero puede llegar a no votarnos por razones de diverso tipo. Una, que tiene que ver con lo siguiente, en las elecciones tiende a primar con cierta lógica de votar a aquel que va a ganar o por lo menos que puede ganar. Si no es el que piensa como vos que sirva para ganarle al que menos piensa como vos.

Es decir, hay una izquierda que puede votar a Massa para que no gane Milei. Entonces, prima una decisión de votar a las alternativas mayoritarias. Tiene una lógica eso. El problema es que en esa lógica uno termina siempre votando a lo que sería lo menos malo con todas las comillas del mundo y nunca construye una fuerza política propia.

“Entrevista de Juan Botana a Gabriel Solano”

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