«Epístola a un discente: Mi hijo Romeo». Por María Calle Bajo

«Epístola a un discente: Mi hijo Romeo». Por María Calle Bajo

Mi muy querido hijo:

           

Me dirijo a ti por ser el referente más próximo a este proceso de enseñanza-aprendizaje que ambos, al margen de instituciones, cultivamos y compartimos en el día a día con la naturalidad que conlleva este hermoso y desafiante proceso materno-filial… No es más que la herencia antropológica que nuestros antepasados han cosechado a nivel psicosocial en la Historia de la humanidad.Fuera de esta cúpula del «amor racional»; vínculo que forja el apego con la protección y mimo, con la atención y exigencia de los modos y las formas, con las virtudes y defectos que condicionan nuestro proceder… Se manifiesta un pensamiento de eviterno bifrontismo de miras hacia el«prospectivo»futuro y  el «analépsico [1]» pasado, que reconfiguramos desde el más consciente de los presentes, pues son los días vividos, en el «crecimiento» de ambos, los que conforman la adecuación de un aprendizaje «in continuum»: que no cesa, que no avisa, que está en cualquier parte, con diversa mesura, en materia estructural u operatoria, ostensible o inadvertido, intrínseco o extrínseco […],  sin que tengamos que focalizarlo para darnos cuenta de lo que influye en nuestro devenir desde cualquier alcance, ámbito o situación (psico-cognitiva osocio-afectiva).

Por todo ello, Romeo querido, heme aquí para proporcionarte algunos de los principios [2] que has de tener presente, pues te toparás con otros agentes socializadores con los que compartirás más que un lapso medido en el tiempo y en el espacio, dado que lejos de tu voluntad y, en buena medida, marcarán el tránsito de la vertebración de tu pensamiento y, por ende, de tus decisiones.

En primer lugar, explora, indaga y descubre el conocimiento, manoséalo con tus manos, pues la unidad del saber reúne a todas las disciplinas: desde las ciencias naturales hasta las humanidades, desde las matemáticas, hasta la historia, desde la física hasta la ética. Y admira el oficio de cada Hombre; pues te aportará una visión amplia de la realidad a la que te enfrentas. Y que no se reduzca solo a la percepción de tus sentidos, sino que se conjugue con lo que construyes con la experimentación, con la sabia [3] inteligencia.

En segundo lugar, evita las verdades absolutas en cuanto a los dogmatismos, pues las verdades son relativas, históricas y revisables. Es, por tanto, necesario que examines, cuestiones y contrastes con espíritu crítico, con autonomía intelectual y responsabilidad moral todo el saber que recibes y te transmiten.    

En tercer lugar, potencia tu pensamiento creativo. Concibe las ideas con reflexiva y justificada causa. Pero también crea, indaga, innova, produce y transfórmalas a través de la generatriz y expansión de tu propio conocimiento, tu propia cultura y tu propia identidad.

Eso sí, comparte el código del esmero con tus semejantes, la dicha de la constancia,el sacrificio de los logros, la praxis de la excelencia, la dialéctica de la genialidad… en un incesante diálogo que tenga presente lo que nos hace más y mejores humanos; pues «no hay nada más racional que el AMOR [hacia los demás]».

De momento, querido hijo, solo recíbeme con un lúdico beso, con abrazo de cachorrito, cuando vaya a tu encuentro a la salida del Conservatorio…

Tu mamá, tu incesante aprendiz,

María

«Infandum, regina, iubes renovare dolorem»

Verg., Aen., II, 3

Salamanca, 26 de enero de 2024.

BIBLIOGRAFÍA

ARISTÓTELES (1986), Política, Madrid, Alianza, Trad., ed. y notas de Carlos García Gual y Aurelio Pérez Jiménez.

ARISTÓTELES (1990), Retórica, Madrid, Gredos, 1990. Introducción, traducción y notas por Q. Racionero.

ARISTÓTELES (1998), Física, Madrid, Gredos. Introducción, traducción y notas por G. Rodríguez de Echandía. Revisión de A. Bernabé Pajares.

BUENO, Gustavo (1970), El papel de la filosofía en el conjunto del saber, Ciencia Nueva, Madrid.

BUENO, Gustavo (1972), Ensayos materialistas, Madrid, Taurus.

BUENO, Gustavo (1974), La metafísica presocrática, Oviedo, Pentalfa.

BUENO, Gustavo (1978), «Sobre el concepto de espacio antropológico», El Basilisco, 5 (57-69). Reed. En El sentido de la vida. Seis lecturas de filosofía moral, Oviedo, Pentalfa, 1996 (89-114).[1]

BUENO, Gustavo (1978a), «Conceptos conjugados», El Basilisco, 1 (88-92). [2]

BUENO, Gustavo (1978d), El individuo en la Historia. Comentario a un texto de Aristóteles, Poética 1451b, Oviedo, Universidad de Oviedo (Discurso inaugural del Curso 1980-1981).

BUENO, Gustavo (1996), El sentido de la vida. Seis lecturas de filosofía moral, Oviedo, Pentalfa.

[1]«Analépsico»: asumo que el término no existe, pero lo adapto como adjetivo calificativo en remisión al sustantivo «analepsis»

[2]Estos principios que te expongo se rigen por un sistema de ideas racionales, críticas y dialécticas relacionadas en «symploké», cuyo punto de partida son los presupuestos del «Materialismo Filosófico» (MF), desarrollado por el filósofo español, don Gustavo Bueno (1924-1916).

[3] En su acepción etimológica más genuina: Del lat. sapĕre‘sabor’, ‘sabor’ tienen la misma raíz latina (remite a ‘tener inteligencia’ y a ‘saborearla’ como degustación de algo, en este caso, del conocimiento.

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