“El recuerdo es un relato que nos hacemos sobre lo que vivimos”

“El recuerdo es un relato que nos hacemos sobre lo que vivimos”

“24 fotos”, la nueva novela de Andrea Ferrari

En su primera novela para adultos, la escritora apela a la potencia evocadora de las imĆ”genes para contar distintos momentos en la vida de dos mujeres donde las experiencias Ć­ntimas se cruzan con la Historia con mayĆŗscula. El libro explora las huellas que va dejando cada una a lo largo de la vida de la otra yĀ  las diversas formas de ser madres en distintas generaciones.

La memoria edita escenas del pasado y hasta puede construir recuerdos muy vĆ­vidos para crear un relato que encaje en el presente. Vera y Cecilia, dos niƱas de tres aƱos, se conocen en una plaza de barrio en los aƱos ā€˜90. Las chicas juegan y se rĆ­en. Una de las madres saca la cĆ”mara que lleva en la cartera, las llama y dispara. Esa serĆ” la primera imagen de una amistad que se extenderĆ” durante cincuenta aƱos. En 24 fotos (Alfaguara), Andrea Ferrari apela a la potencia evocadora de las imĆ”genes y cĆ³mo a travĆ©s de ellas se puede narrar aquello que estaba olvidado o que era recordado de otra manera para contar distintos momentos en la vida de dos mujeres. Las experiencias Ć­ntimas ā€“un secreto familiar, una mentira para proteger, pero que genera un daƱo mayor– se cruzan con la Historia con mayĆŗscula. Ninguna vida es ajena al pulso de ciertos hechos que han dejado marcas profundas, como la Guerra de Malvinas y la dictadura cĆ­vico-militar.

Ferrari sabe cĆ³mo construir un mundo vigoroso a partir de 24 fotografĆ­as. Su primera ficciĆ³n para adultos es una especie de novela-Ć”lbum con un prodigio singular: las fotos narradas no estĆ”n; pero los lectores las ven. Ven el ceƱo levemente fruncido de las dos niƱas de tres aƱos. O cuando Vera sale con el brazo alzado, la sorpresa en los ojos y el cigarrillo en primer plano a sus quince aƱos, momento que quedarĆ” ā€œcomo un recuerdo, entre tierno y patĆ©tico, de su tiempo de rebeldĆ­aā€. ĀæHay algo mĆ”s atractivo que la foto, esa tecnologĆ­a que ha ido cambiando pero que continĆŗa manteniendo esa capacidad de suspender el tiempo y centrar el espacio en un instante? Tres temas se trenzan en la trama: el paso del tiempo, las huellas que van dejando cada una de las amigas a lo largo de la vida de la otra y diversas formas de ser madres en distintas generaciones de mujeres. ā€œNo existen los padres perfectos. Todos nos mandamos cagadas alguna vez. Los nuestros se mandaron unas cuantasā€, dice Cecilia hacia el final de la novela.

“Su primera ficciĆ³n para adultos es una especie de novela-Ć”lbum con un prodigio singular: las fotos narradas no estĆ”n; pero los lectores las ven.”

La autora de El complot de Las FloresEl camino de Sherlock y La rebeliĆ³n de las palabras, entre otros destacados libros de literatura infantil y juvenil, parte de instantes significativos como las primeras experiencias amorosas, las crisis econĆ³micas y el exilio, las parejas y los hijos, para recrear la historia de una amistad. El disparador de la novela fue la muerte de su amiga InĆ©s, a quien estĆ” dedicada 24 fotos. EmpezĆ³ a escribir sin pensar para quiĆ©n lo estaba haciendo y le gustĆ³ la idea de explorar la amistad a lo largo de los aƱos y mostrar a dos amigas en distintas Ć©pocas para que los lectores se puedan asomar a la vida de Vera y Cecilia.

ā€œYo no siento que la frontera entre lo juvenil y lo adulto sea tan tajante, me parece que es sutil; en lo infantil, en cambio, sĆ­ hay diferenciasā€, aclara Ferrari que antes de dedicarse a escribir literatura infantil y juvenil empezĆ³ su carrera periodĆ­stica en El PorteƱo y participĆ³ de la fundaciĆ³n del diario PĆ”gina/12, cuyo staff integrĆ³ durante quince aƱos. ā€œSi uno lo piensa, hay un montĆ³n de libros que han sido publicados a un lado y otro de esta frontera, clĆ”sicos como Julio Verne, que fueron pensados para pĆŗblico adulto y despuĆ©s terminaron para juveniles. Mi sensaciĆ³n es que todo es literatura mĆ”s allĆ” del recorte que se le quiera hacer. Pero claro que publicar para adultos es para mĆ­ un desafĆ­o; una pisa otra cancha. Y los desafĆ­os son siempre interesantesā€, cuenta la escritora que ganĆ³ el Premio Barco de Vapor y el JaĆ©n de Narrativa Juvenil y acaba de ser nominada al Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA), uno de los premios mundiales mĆ”s importantes de la literatura infantil y juvenil. Sus libros han sido traducidos al portuguĆ©s, francĆ©s, coreano, bĆŗlgaro, ruso e italiano.

Malvinas, una herida abierta

-ĀæPor quĆ© la novela empieza en el ā€˜91, cuando nace Vera?

-QuerĆ­a tener muy claro el registro de la Ć©poca; entonces me resultaba mĆ”s fĆ”cil abordar un tiempo que yo conocĆ­a bien. BusquĆ© en diarios digitales los hechos para poder tener marcas histĆ³ricas de lo que iba pasando. Cuando pensĆ© quĆ© hechos querĆ­a que aparecieran, mĆ”s allĆ” de algunas cuestiones especĆ­ficas como la crisis de 2001 y los exilios econĆ³micos, me di cuenta de que no se puede pensar este paĆ­s sin las secuelas de la dictadura; por eso aparece Malvinas y un personaje cuya vida ha sido marcada para siempre por la experiencia de la guerra.

-ĀæMalvinas es una herida abierta?

-SĆ­, incluso por los juicios que siguen por las torturas a los conscriptos y la discusiĆ³n sobre si son delitos de lesa humanidad o no. No hubo respuestas del Estado y los excombatientes que volvieron quedaron en el vacĆ­o, que es un poco lo que intento retratar a travĆ©s de uno de los personajes: esa falta de contenciĆ³n, ese espacio negro que se les abriĆ³ y que marcĆ³ sus vidas. En la novela tambiĆ©n marca la vida de sus descendientes, porque ha sido algo imposible de esquivar.

“Mientras escribĆ­a me di cuenta que no se puede pensar este paĆ­s sin las secuelas de la dictadura.ā€ 

Para la escritura de la novela Ferrari leyĆ³ varios libros vinculados con la Guerra de Malvinas, entre los que menciona Partes de guerraLos chicos de la guerraMalvinas, viaje al pasadoIluminados por el fuego y Las guerras por Malvinas. El personaje de 24 fotos que estuvo en Malvinas, Daniel Ɓlvarez, escribe en una carta: ā€œEl psicĆ³logo que nos vio acĆ” dice que las pesadillas son normales, que estamos en shock, que lleva tiempoā€¦ todo eso. Pero no le pude decir que a veces de noche veo cosas extraƱas. Abro los ojos y me parece que hay algo que avanza por el suelo. A veces son bichos, otras partes sueltas. Como intestinos. Tengo que cerrar fuerte los ojos y esperar a que desaparezcan. Me da miedo volverme loco. Ayer se lo comentĆ© a un compaƱero acĆ”. Se rio y me dijo hermano, locos estamos todos, este es un paĆ­s lleno de locos de mierda. Puede que sea ciertoā€.

Congelar el momento

-ā€œ24 fotosā€ es una novela sobre el tiempo y quĆ© hace el tiempo con la vida de dos amigas. ĀæPor quĆ© elegiste las fotos como tecnologĆ­a para ir contando la historia?

-La foto es una tecnologĆ­a que va cambiando tambiĆ©n en la novela. Me gustĆ³ mucho esa idea de congelar el momento en que se produce la foto. Me parecĆ­a interesante que cada capĆ­tulo se detuviera en un instante significativo y contar todo lo que ronda a esa foto, lo banal y lo importante; que la foto permita ver a Vera y a Cecilia en distintas Ć©pocas. Aunque tambiĆ©n hay una suerte de salto hacia el futuro porque en casi todos los capĆ­tulos despuĆ©s de que se saca la foto hay una reflexiĆ³n sobre cĆ³mo serĆ” vista con el tiempo. Es tambiĆ©n una manera de pensar en el recuerdo y la memoria, que creo que es el otro tema del libro: ĀæcĆ³mo recordamos? ĀæquĆ© elegimos recordar? ĀæcĆ³mo armamos el relato de nuestra vida a partir del recuerdo? Me interesa mucho el tema de la memoria. Los especialistas en el tema dicen que el recuerdo es una construcciĆ³n, un relato que nos hacemos sobre algo que creemos que vivimos, aunque en realidad a ese recuerdo se van sumando lo que otras personas te dicen, lo que leĆ­ste, lo que viste despuĆ©s, tu deseo. Es como si uno tuviese videos acumulados, pero cuando los traĆ©s no los reproducĆ­s sino que los editĆ”s. TambiĆ©n se pueden tener recuerdos falsos, tenerlos honestamente: creer que algo sucediĆ³ de una manera, aunque es mentira. Ahora que tenemos tantas fotos, muchas mĆ”s que antes, a veces una foto te desmiente un recuerdo. Y a veces pasa al revĆ©s: una foto tira datos a partir de las cuales sacĆ”s conclusiones que no son ciertas.

ā€œMe interesĆ³ explorar eso: las diferentes maneras en que una persona que no estĆ” sigue estando.ā€

-ĀæCĆ³mo se editan los recuerdos? ĀæQuĆ© descubriste escribiendo la novela?

-Se editan de manera confusa, fragmentaria, a veces falsa. Se llenan huecos. Hace un tiempo hubo un episodio en mi familia que me hizo pensar en este tema: un primo mencionĆ³ una escena en la que habĆ­amos participado varias personas desde un lugar muy crĆ­tico, censurando una situaciĆ³n festiva y situĆ”ndose afuera. Yo me quedĆ© helada porque no lo recordaba asĆ­ pero no querĆ­a confrontar. Me acordaba que habĆ­a sacado fotos en esa situaciĆ³n, fui a buscarlas y el episodio era completamente distinto: esta persona que ahora lo recordaba crĆ­ticamente estaba integrada y muy feliz en ese festejo. Honestamente se habĆ­a puesto afuera porque no soportaba lo que habĆ­a sucedido. Me hizo pensar cĆ³mo a veces necesitamos modificar la memoria para defendernos.

-En la novela tambiĆ©n aparece otra tecnologĆ­a que cambiĆ³ mucho: las cartas, que hoy estĆ”n un poco en desuso, reemplazadas por el correo electrĆ³nico y los mensajes de texto, Āæno?

-SĆ­, por eso las cartas son de una Ć©poca determinada: Malvinas. En el exilio econĆ³mico del 2001, cuando una de las amigas se va al exterior, la comunicaciĆ³n ya es con correo electrĆ³nico, que es mucho mĆ”s fugaz y que deja menos huellas.

-ĀæQuĆ© impacto han tenido los cambios tecnolĆ³gicos?

-Supongo que nos cambiĆ³ la vida cotidiana a todos. Me interesĆ³ que en la novela apareciera, a medida que avanza la vida de Vera y Cecilia, la paulatina introducciĆ³n de los cambios tecnolĆ³gicos. TambiĆ©n por eso tirĆ© la novela un poco hacia el futuro, me divertĆ­a pensar en lo que va a pasar. Nuestra vida se ha transformado en los Ćŗltimos treinta aƱos mucho mĆ”s de lo que habĆ­a sucedido en los treinta aƱos anteriores. El cambio fue mucho mĆ”s extremo.

La presencia de los muertos

-Estamos viviendo un tiempo donde la maternidad estĆ” intentado ser cada vez mĆ”s desmitificada. ĀæQuĆ© te interesaba aportar al debate?

-Me interesĆ³ mostrar distintos tipos de maternidad. En la novela hay tres generaciones. EstĆ” la relaciĆ³n de Renata con su madre, una mujer con la que no conecta; y la relaciĆ³n de Renata con Vera, que estĆ” atravesada por el silencio y por el secreto. DespuĆ©s, hacia el final, aparece la relaciĆ³n de Vera con su hija, donde surge esa cuestiĆ³n un poco culposa de sentirse una madre demasiado conciliadora y permisiva. Quise mostrar cĆ³mo cada una es madre como puede. En el caso de Renata hay un cierto desencanto ante esa maternidad que no es lo que esperaba, sumado al secreto del que no puede hablar.

-ĀæPor quĆ© hay secretos en las familias? ĀæPor quĆ© se miente tanto?

-Supongo que los secretos atraviesan a muchƭsimas familias. En Renata quizƔ hay un deseo de proteger a su hija, pero tambiƩn una incapacidad de decir. Con la historia que tenemos en Argentina de apropiaciones y de mentiras eso resuena mucho mƔs. El silencio no ayuda nunca; como sabemos bien, la verdad es lo que ayuda.

-En el horizonte de la novela, como en la vida, estĆ” la muerte. QuizĆ” siga siendo un tema bastante tabĆŗ la muerte, aun hoy se escucha eufemismos como ā€œse fue al cieloā€ o ā€œpartiĆ³ā€.

-La muerte es el gran miedo, pero no sĆ© si es tabĆŗ… sĆ­ dirĆ­a que cuesta aproximarse literariamente. Algunas veces a los lectores, sobre todo a los chicos, que son con los que yo hablo todo el tiempo, no les gusta ni medio y me cuestionan: ā€œĀæpor quĆ© mataste al personaje?ā€. Es que a veces la muerte del personaje es lo que necesita ese texto. La muerte aparece en 24 fotos, como en muchos de los libros que he escrito y creo que la pregunta es ĀæquĆ© hace uno con la ausencia? ĀæCĆ³mo los recordĆ”s? Me interesĆ³ explorar eso: las diferentes maneras en que una persona que no estĆ” sigue estando. Hay una necesidad de seguir hablando y comunicĆ”ndonos con los muertos. A veces la presencia de los muertos es mucho mĆ”s fuerte que la de otras personas vivas.

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LA SOLEMNIDAD DE UNA PALABRA

Andrea Ferrari (Buenos Aires, 1961) comparte con el personaje de Cecilia de 24 fotos una sensaciĆ³n que tuvo allĆ” en 2003 cuando ganĆ³ el Premio Barco de Vapor en EspaƱa por El complot de Las Flores: que la palabra escritora le quedaba enorme. ā€œComo Cecilia, yo tambiĆ©n siento que la literatura apareciĆ³ sorpresivamente en mi vida, porque yo me sentĆ­a una periodista. Cecilia rechaza la palabra escritora, ella dice que es una cocinera que escribe. A mĆ­ me costĆ³ llegar a decir que soy escritoraā€, revela la autora que ha publicado mĆ”s de 25 libros.

-ĀæCuĆ”ndo pudiste decir que sos escritora?

-Cuando ya tenĆ­a un montĆ³n de libros publicados. La palabra escritora sonaba muy solemne.

-ĀæQuĆ© temas son persistentes en tu narrativa, mĆ”s allĆ” de si es para adultos o infantil-juvenil?

-Uno ronda siempre los mismos temas. En lo que escribo aparece una y otra vez el tema del duelo, la empatĆ­a, la pĆ©rdida en distintas formas, la maternidad, la exploraciĆ³n de los vĆ­nculos femeninos. A veces uno ni siquiera sabe sobre quĆ© estĆ” escribiendo. Y cuando terminĆ”s te detenĆ©s y decĆ­s: ā€œotra vez escribĆ­ sobre estoā€. Son las obsesiones que estĆ”n en el inconsciente y aparecen en la escritura. Hablo de los mismos temas cuando escribo para chicos, para jĆ³venes o para adultos, solo que de diferente forma, en algunos casos lo hago con humor, a travĆ©s de lo absurdo o del misterio.

Fuente: PƔgina 12

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