Discurso de odio en la era digital: Volver al 36. Por Carolina Escudero

Discurso de odio en la era digital: Volver al 36. Por Carolina Escudero

En los últimos meses la compleja situación económica, social y política que atraviesa España –tras el COVID-19 y el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania– ha sido acompañada por una profundización de las tensiones entre los diversos grupos políticos y colectivos sociales que, en ocasiones, se ha traducido en expresiones de odio.

Un discurso de odio que encuentra su eco en el creciente racismo que se expande por Europa, en clara sintonía con los liderazgos de extrema derecha que gobiernan en la región. Frente a ello, en este capítulo se analiza el discurso de odio a partir de una canción presentada durante un acto político de la extrema derecha española y examina sus alcances en relación a la memoria histórica.

En el marco del acto Viva 22 celebrado por el partido de extrema derecha Vox, su líder Santiago Abascal difundió mensajes audiovisuales de personalidades como Donald Trump, Giorgia Meloni y Viktor Orbán, quienes apoyaban su labor. Posiblemente, la noticia de este encuentro no hubiese cobrado mayor relevancia en los me-
dios y redes sociales de no haber sido por el espectáculo musical que acompañaba el evento, en el que grupos como Los Meconios e Infovlogger acapararon las miradas al interpretar “Fachas Héroes”, cuyo estribillo repite en cuatro ocasiones la frase “vamos a volver al 36”: año del golpe de Estado franquista con el que inició la Guerra Civil española. En la letra del citado tema se observan tres elementos con los que el autor Mudde describe a la extrema derecha: autoritarismo, populismo y nativismo (combinación de nacionalismo y xenofobia). El tema comienza por presentar un modo de acción propio del grupo político, recitando lo siguiente: “Subimos vídeos a Internet, estamos en Twitter también. Cabreamos siempre a los comunistas, feministas y progres”. En este sentido, el investigador Boyd precisa que las redes sociales no son nuevas en sí mismas, pero sus interrelaciones crean oportunidades y desafíos inéditos. Más concreto será Gagliardone, al alertarnos de que las redes presentan la permanencia y la durabilidad del contenido que se publica. Ahondando en el contenido de la canción, pueden observarse frases como la siguiente: si eres gay, quieres ir a ver el orgullo LGTB, al COGAM debes enseñar el carné de buen homosexual. COGAM es el colectivo LGTB+ de Madrid, una asociación sin ánimo de lucro (ONG): democrática, participativa, pluralista e independiente. Lleva más de 30 años trabajando por la igualdad de las personas LGTB+. Es una de las entidades fundadoras de la FELGTB y una de las impulsoras desde el principio del matrimonio igualitario en España.

Lo que se asevera en la canción confirma los resultados del último informe publicado por el Ministerio del Interior sobre la Evolución de los Delitos de Odio en España que revela un aumento en los ataques relacionados con la orientación sexual, registrando un alza del 70 % en relación con 2019. La letra prosigue planteando que: las feministas protestan por una violación grupal, hay diez más que investigar, me da igual, son de Senegal. Nuevamente, el informe citado advierte que de las denuncias por odio, se destacan las que tienen una motivación racista o xenófoba (639), seguidas de las relacionadas con la orientación sexual o identidad de género (466).

Otra de las afirmaciones reconocibles en la canción sugiere que: la izquierda que gobierna ya se llama frente popular, rodeados de revolucionarios pajilleros de sofá y somos la resistencia, somos fachas… En esta línea y según el citado informe, se observa que las denuncias de ataques de odio vinculados a la ideología de la víctima
han caído un 45,3 % con respecto a 2019. Frente a ello, el Ministro del Interior español precisó que los hechos relacionados con la ideología descendieron y argumentó: existe un mejor tejido social.

A pesar de este tejido social, producto de la democracia, este volver al 36 demuestra que el discurso de odio publicado en medios digitales no es esencialmente diferente de las expresiones de odio fuera de los mismos, muestra características y retos específicos derivados de los canales por los que se expresa que ameritan ser explorados. Asimismo, en los últimos años la expresión discurso de odio se ha incrementado en los medios de comunicación y en la literatura académica. En otras palabras, el discurso de odio proveniente de la extrema derecha no es un fenómeno nuevo, pero sí las dimensiones
que este ha tomado en la era digital, abordando niveles conceptuales en relación a su expresión, alcance e influencia, sin olvidar la permanencia en las redes, en una población que sigue abogando por la memoria histórica y garantías de no repetición.

Volver al 36 significa retornar a un país en el que una Guerra Civil se cobró la vida de miles de personas, muchas de ellas hasta el momento no han podido ser identificadas pese a los reclamos de las organizaciones de memoria histórica. España sigue ocupando el primer puesto dentro de la Unión Europea por el número de fo-
sas comunes; y es el segundo en el mundo después de Camboya.

Este volver al 36 es volver a ser testigos del asesinato de Federico García Lorca, del exilio de Antonio Machado y de la dudosa muerte de Unamuno. Reabrir el camino hacia el 36 es confirmar que las integrantes de la Asociación de Mujeres Antifascistas fundada en 1933 fueron reprimidas, asesinadas, encarceladas o exiliadas.
Este volver al 36, como todo discurso de odio, encierra mucho
más que ofensas e insultos amalgamados en una canción con ritmo pegadizo y liviandad preocupante. Pese a ello, quienes siguen abogando por la memoria, la justicia y la reparación conocen muy bien que solo se retorna al 36 para honrar a todas y cada una de las víctimas de un horror al que Baltasar Garzón denominó crimen de lesa humanidad, que hasta el presente no ha sido juzgado. Este volver al 36 se tropieza con una nueva melodía que trae la flamante Ley de Memoria Democrática de 2022 donde el Estado asume las exhumaciones, declara ilegal la dictadura, así como las sentencias dictadas por los tribunales franquistas.
Seguimos cantando…

En “Mil palabras para entender los discursos de odio” https://www.editoresdelsur.com/publicaciones-digitales/

Carolina Escudero es docente de la Universidad Autónoma de Barcelona

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