Discriminación. Por Juan Botana

Discriminación. Por Juan Botana

La muerte de Silvina Luna por mala praxis abre un debate sobre la discriminación. Tenía 43 años. Era actriz, vedette y probablemente una de las mujeres más lindas de la argentina. La pregunta es que lleva a una chica hermosa a inyectarse no sé qué cosa en los glúteos. ¿Para ser más linda? ¿Para conseguir más trabajos? ¿Para que la sigan contratando, por linda? ¿Para verse más joven? ¿Para tener el cuerpo más firme? ¿Para qué no le digan que se le cayó la cola y las piernas? ¿Para qué le pongan me gustas en sus redes sociales? La cultura de la imagen se comió a las otras culturas, al punto que si no te ves linda, podés sufrir discriminación o sentirla, que es lo mismo o peor, e indudablemente te lleva a caer en cirujanos inescrupulosos y asesinos como Aníbal Lotocki, que son capaces de inyectarte metraquilato, una sustancia de uso prohibido en salud. Durante más de una década, Silvina Luna arrastró las complicaciones derivadas de la mala praxis: demasiado calcio en la sangre puede debilitar los huesos, formar cálculos renales e interferir en el funcionamiento del corazón y el cerebro. El polimetacrilato es un producto sintético compuesto por microesferas de acrílico y, en medicina, se utiliza la resina de este plástico para la fabricación de prótesis óseas y dentales. En Argentina, el uso del metacrilato está prohibido desde 2001 en determinadas cirugías, como aumento de glúteos o pantorrillas, por el alto riesgo que tiene de presentar complicaciones en la salud. Asimismo, se utiliza para cubrir ciertos comprimidos para retardar la absorción de las drogas. Algunas de las consecuencias que puede traer la introducción de metacrilato en el cuerpo es la migración de las microesferas a determinados órganos, embolias pulmonares, insuficiencia renal o cardíaca y cansancio generalizado. Precisamente, Luna comenzó a realizarse diálisis tres veces por semana debido a una insuficiencia renal. La hipercalcemia suele ser el resultado de la hiperactividad de las glándulas paratiroides. Si la hipercalcemia es leve, es probable que no haya presencia de síntomas. En cambio, los casos más graves producen signos y síntomas relacionados con las partes del cuerpo afectadas por los altos niveles de calcio en la sangre. “Es probable que todo haya sido como consecuencia de su insuficiencia renal producto de la reacción que produjo el metacrilato o lo que haya sido que le pusieron, porque no hay datos concretos de cuál fue la sustancia inyectada hace muchos años en la región glútea a la modelo”, sostuvo jefe de la división de Cirugía Plástica del Hospital de Clínicas José de San Martín, Marcelo Bou, quien dijo estar “conmovido” por “la muerte de una persona joven que lamentablemente no debería haber sucedido”. “Lo cierto es que esa reacción le produjo a lo largo de los años hipercalcemia o el exceso de calcio en sangre que genera una destrucción de los glóbulos renales y finalmente insuficiencia renal crónica, que finalmente sumado a las infecciones que después chica la llevó al fallecimiento”. Sobre la utilización de metacrilato, sostuvo que se “utilizó en medicina acertadamente en muchas ramas”, pero ya no se usa. Consultado en qué consiste este material, explicó que “es una especie de plástico que se puede utilizar como una malla para contener evisceraciones, pero no se puede inyectar libremente en los tejidos porque genera reacciones” como la hipercalcemia. Luego dijo que “era un producto que venía en ampollas de un centímetro cúbico y estaba autorizado solamente la inyección de hasta cuatro centímetros cúbicos” para rellenos mínimos en labios, surcos, arrugas, defectos pequeños o para mejorar alguna secuela de una cicatriz. “La cantidad que se necesita para inyectar la región glútea es 100 veces más. Este producto no pudo haber sido porque el costo es tan alto que es inviable. Es probable que le hayan inyectado cualquier otra cosa”, sostuvo. Para el médico, pudo haber sido “metacrilato industrial o silicona industrial, porque no hay productos sintéticos habilitados, o sea, aprobados que se puedan inyectar en esa magnitud”. El cirujano que la operó, Aníbal Lotocki, fue denunciado por Luna y otras celebridades como Gabriela Trenchi, Stefy Xipolitakis, Pamela Sosa, Cristian Zárate, Romina Vega, Fran Mariano, Virginia Gallardo y Mariano Caprarola, y fue condenado en febrero de 2022 por “lesiones graves” a cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación para ejercer su profesión por el Tribunal Oral Criminal Nº 28, aunque la sentencia fue apelada. Ayer Pamela Sosa, ex novia de Lotocki pedía públicamente la condena firme y Ximena Capristo se despedía su amiga, Silvina Luna con una desgarradora carta abierta por redes sociales. El pasado 17 de agosto, otra celebridad argentina, el tertuliano de televisión Mariano Caprarola, quien también había sido operado por Lotocki, falleció con 48 años, tras haber desarrollado una insuficiencia real que lo llevó a la muerte. Sea el producto que haya sigo el que le ponen no lo usen, no se lo pongan, ni pidan que lo hagan y si no saben que le van a poner no se operen. Es mejor estar vivos aunque ya no sean perfectos o se sientan discriminados –y luchar contra la discriminación-, que lamentarlo.

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