Llegaste en la esclavitud, de Angola, y Mozambique, los tambores que repique, anunciando tu virtud. Mataron su juventud, de tus ancestros abuelos; Testigos son nuestros cielos; Muriendo en esta nación, trabajando en socavón… Sus huesos en estos suelos. Ya no sientes el dolor, Feliz salir adelante; Tu cultura de inmigrante, con cariño y mucho amor. Vas tocando tu tambor, que se abraza con el viento, que llega de barlovento; Bella luna vigilante, mira al barco, en mar undante, que se va por sotavento.
No hay nada que justifique, a la corona española, con la biblia en aureola, al Inca lo crucifique. sin campanas que repique; Trabajar encadenados, a la muerte condenados, en minas de plata y oro; Del Imperio Inca el tesoro, a España fueron llevados.
Desde Cajamarca, Perú