Ya en la tercera década de este siglo se suceden, más aceleradamente que en épocas anteriores, cambios profundos: cambios profundos: políticos, sociales, económicos, ambientales y tecnológicos- científicos. Ellos tuvieron, en un aspecto, consecuencias benéficas, pero en gran parte perjudiciales. Sin embargo, la humanidad pudo sobreponerse y avanzar, con enormes esfuerzos y sacrificios, incluso en aquellos que la afectaron directamente como guerras, holocaustos y pandemias. Estas transformacione fu interpretadas causalmente y definidas conceptualmente por los especialistas: La Mundialización estableciendo zonas de influencia geopolítica o bloques, cada uno con sus sistemas, unos en caída y otros en auge, la Globalización con el impacto del comercio internacional y los medios digitales de comunicación y la Postmodernidad con nuevas tendencias en el arte, la arquitectura y las modas. En el devenir histórico del Siglo XX y lo que va de este, al mismo tiempo que se pudieron sortear, como dijimos, hechos conmocionantes, La humanidad quedó seriamente herida, instalando un clima de incertidumbre con sus perspectivas futuras estrechándose en todos sus aspectos, las predicciones increíbles en su horror fueron haciéndose realidad. Aquellas Utopías de un mundo ideal, buscando la armonía, dieron paso a las Distopías, confirmando ese futuro tenebroso de rostro apocalíptico, cada vez más cercano. Creemos que en esas alternancias entre una y otra, puede prevalecer esa Utopía posible, si hay un consenso que privilegie el espíritu y la conciencia de pertenencia, no solo como especie, por sobre la materialidad y las rivalidades que la pueden eliminar.
De su libro “Una utopía posible”
