¿Por qué escribo?, por lo mismo que respiro y ando.
Describiendo los días y los años mi mente deambula sin descanso. Imagino en el cielo mil rebaños que dormitan más tarde en los papeles.
Callada soy, tal vez por antipática me identifiquen quienes no me conocen. Y no los culpo, quien puede adivinar los traumas, alegrías y entremeses del vecino. Cada cual continúa su marcha, peregrino.
Rien n´est parfait, ha dicho el zorro al principito, tal vez sea por eso, empuño el lápiz u oprimo las teclas. Es la respuesta, creo, más honesta por responder a tamaña pregunta, tanto si canto loas a la luna, como si lloro el horror de las guerras.
Desde Florencio Varela, Buenos Aires, Argentina