Carta abierta al Instituto Gatestone

Carta abierta al Instituto Gatestone

Señores de GATESTONE INSTITUTE INTERNATIONAL POLICY COUNCIL

De mi mayor consideración:

En el día de ayer recibí vuestra publicación con el artículo titulado ¿Por qué la Administración Biden se opone a la reforma judicial israelí?”, firmada por el señor Jonathan S. Tobin.

Acostumbro leer en vuestras publicaciones artículos en defensa del Estado de Israel, pero el artículo de ayer lo considero absolutamente negativo y contrario a la línea general que veo en esas publicaciones.

No conozco al autor de la nota, pero es evidente que desconoce totalmente lo que está sucediendo en Israel, desconoce el motivo y el nivel de las manifestaciones populares, y por lógica desconoce las intenciones de este gobierno que están cada vez más a la vista. Y si estoy equivocado y el señor J.S.Tobin no desconoce todo esto, peor aún sus afirmaciones.

Menciona el artículo dos razones “notables” que llevan a la Administración Biden a implicarse en asuntos internos de Israel: la primera es que “no ocultó sus esfuerzos” y la segunda “un rasero totalmente hipócrita” agregando que las “acusaciones calumniosas” contra el actual gobierno israelí son “totalmente falsas”.

Desconozco cuáles acusaciones llegaron a oídos del presidente Biden y del autor de la nota, conozco las acusaciones que gran parte de la población israelí hace públicas, que esa gran parte de la población israelí incluye izquierdas y derechas, religiosos y laicos, intelectuales y obreros, altos oficiales del ejército retirados, jerarcas de servicios de inteligencia retirados, juristas, economistas, personas de tres generaciones, en fin: el pueblo todo está representado.

A esto debemos agregar que lo que el señor Tobin entiende calumniosas y totalmente falsas, no lo entienden así importantes personalidades de fuera de Israel, como economistas, abogados, políticos, gobernantes de grandes potencias, y un largo etcétera.

¿Todos ellos están equivocados? ¿Todos incluido Joe Biden y sus asesores? ¿No será usted el que se equivoca?

Me pregunto: ¿El señor Tobin se equivoca o hay algo que lo hace escribir lo que escribió?

Continúa el autor de la nota: “Consideran que el mantenimiento de un tribunal que no rinda cuentas y con un poder prácticamente ilimitado es la única forma de mantener el poder político de la izquierda israelí incluso cuando pierden las elecciones, que fue lo que le ocurrió a la oposición a Netanyahu hace sólo unos meses.

¿De qué izquierda está hablando? En las últimas elecciones lo que se considera izquierda, o sea los partidos Avodá (laborismo) y Meretz (socialismo) quedaron reducidos a casi nada. Avodá apenas pasó el umbral mínimo y Meretz ni siquiera entró a la Knéset.

Los que salen a las calles desde el primer momento no son organizaciones, son personas, pueblo, algo que parecería que en Estados Unidos no conocen, ni los integrantes de la Administración ni quien firma el artículo. Acá no me n los grandes valores del judaísmo los que están en juego. Y LA DEMOCRACIA.

Afirma este señor que “Más aún, Washington está tan decidido como la resistencia anti-Bibi no sólo a detener la reforma judicial, sino a derrocar por todos los medios posibles a un gobierno elegido democráticamente.” 

Nadie habló en Israel de derrocar a un gobierno, estamos hablando pura y exclusivamente de determinado proyecto de ley (en realidad un conjunto de leyes) que significa dar vuelta totalmente la forma de gobernar de los casi setenta y cinco años de existencia de Israel. Y hablamos de que ese proyecto de reforma judicial es nada más y nada menos que eliminar la independencia de poderes, anular totalmente la fuerza del Poder Judicial, o sintetizando, anular la democracia existente.

Todos estamos de acuerdo en que hay muchas cosas que revisar y cabe ninguna duda que el señor Tobin, por más títulos que tenga y experiencia como periodista, cree que el mundo es Estados Unidos y el resto lo desconoce absolutamente o peor aún lo desprecia. Desprecia una población que sale a la calle a gritar sus valores, a defenderlos -sin violencia- porque sotransformar, tanto en el Poder Judicial como en las leyes electorales, el funcionamiento del Parlamento, la necesidad de legislar una Constitución, que incluya entre otras cosas posibilidad de hacer referéndums. Pero de ninguna manera se puede aceptar que se imponga a la fuerza y sin consenso alguno una reforma que más bien es una revolución negativa.

En lo único que podemos coincidir con el autor de la nota es en la injerencia del gobierno norteamericano en asuntos internos de Israel. Demostraron falta total de diplomacia, y demostraron lo peor: se creen el ombligo del mundo, o los dueños de dirigir la vida de otros países.

Tampoco podemos aceptar que esta injerencia esté basada en cierto rencor profundo entre la persona Joe Biden y el primer ministro Netanyahu, tema en el que el pueblo de Israel no tiene arte ni parte.

Personalmente hemos entendido siempre que el anterior gobierno de Barack Hussein Obama le estaba haciendo mucho daño a Israel, y a la vez estaba dándole una buena mano a nuestro peor enemigo que es Irán. En ese momento entendimos muy buena la actuación de Netanyahu, pero no supo o no pudo ser muy diplomático al ver cómo Obama ayudaba a nuestros enemigos.

El actual gobierno norteamericano tiene suficientes pruebas para darse cuenta de la realidad, no sólo de los palestinos sino del régimen del ayatollah Jamenei. Alcanza con los sucesos de estos días en Irak y Siria, bombardeos a bases militares de Estados Unidos atribuídos a Irán.

El artículo sigue con otros disparates y acusaciones a Biden, pero a la vez aseverando que la población israelí no acepta otro gobierno que no sea de izquierda. Absurdo, ridículo y muy mal intencionado, el pueblo de Israel tiene gobiernos de mayoría de derecha hace casi ya cincuenta años, y nunca hubo manifestaciones populares como las de estos meses. Simplemente porque no existía peligro de desaparecer la democracia, y hoy sí existe.

Por todo lo expresado, agradecería a ese instituto que continúe como estaba antes, apoyando al Estado de Israel con razones válidas, pero que no cometa el pecado de favorecer a un gobierno determinado, sea de derecha, izquierda, o de cualquiera de los orígenes que tenga, siempre que sea democráticamente electo.

Los asuntos internos son internos, y si los norteamericanos se abrogan el derecho de meterse en asuntos internos de Israel, me están adjudicando el derecho a decir a viva voz todo lo malo que tiene Estados Unidos y sus respectivos gobiernos, que es mucho y está históricamente documentado. Y seguramente no les va a gustar.

A la espera de una rectificación de vuestra parte, saludo a ustedes atte.

                                          Mauricio Aliskevicius

Fuente: Aurora Israel

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