Esta película fue una epopeya cinematográfica para el momento y está en la historia grande de nuestro cine por diversos motivos. Su argumento:
La película transcurre en 1817 en la provincia de Salta en el contexto de las acciones de guerrilla de los gauchos partidarios de la independencia, bajo el mando del general Martín de Güemes, contra el ejército regular realista que respondía a la monarquía española. Para la filmación de exteriores se construyó una aldea en la misma zona donde se desarrollaron los acontecimientos que inspiraron la película. Las escenas de conjunto, para las cuales se contó con mil participantes, no habían tenido precedente en el cine argentino.
Esta película está basada en la novela de Leopoldo Lugones( 1874-1938) que tiene el mismo título y se enmarca en una reivindicación primero de la figura de Güemes y segundo del tardío nacionalismo de Lugones: pasó de socialista a nacionalista fascista; de liberal a católico convencido; de hombre de ideas a reivindicar la violencia en el discurso “La hora de la espada” ,donde explicita la importancia de tomar las armas y aniquilar la democracia, apelando a la fuerza del acero utilizada para independizarnos como único camino para terminar con el caos generado por la democracia de masas de Yrigoyen. En realidad, tanto La guerra gaucha como el libro El payador (1916-compilacion de conferencias) es una reivindicación a la figura de los gauchos y, especialmente al Martín Fierro; antes, libro maldito de la literatura nacional y ahora reivindicado y exaltado a través de la figura de Leopoldo Lugones y su libro. Pero, ¿a qué obedece este enroque? A que la oligarquía cambió de enemigos: en el contexto que se publicó el Martín Fierro (1872-1879) el gaucho era la amenaza y el peligro de la oligarquía; por ello fue denostado, por su forma y, especialmente, por lo que denunciaba: la explotación y persecución de los gauchos por el ejército mitrista. Güemes era un vago y mal entretenido más del montón, por ello fue borrado de la Historia oficial. Los años transcurrieron y la llegada de inmigrantes trajo ideologías: socialistas, anarquistas, que se organizaron y empezaron a luchar por sus derechos. En este contexto la oligarquía comenzó a señalar a los nuevos gauchos: los inmigrantes que buscaban terminar con la paz social y nuestra nacionalidad, entonces se buscó armar una tradición e identidad nacional, donde los gauchos, ahora, ocupaban un lugar privilegiado. Era obvio que ya no representaban un peligro, como lo eran los inmigrantes organizados. El encargado de hacer esta reivindicación desde lo cultural y al servicio de la oligarquía, fue el eclíptico Leopoldo Lugones.
La película se estrena en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, cuando en la Argentina había un intenso debate sobre si el país debía pronunciarse en favor de uno de los bandos o mantener su neutralidad en relación al conflicto bélico, que se encontraba en pleno desarrollo.
El film fue producido por Artistas Argentinos Asociados, una cooperativa de artistas creada poco antes y requirió una inversión muy superior a la de otras producciones de la época, pero su éxito de público permitió recuperar el costo en las salas de estreno, donde permaneció diecinueve semanas. Fue, quizás, la primera superproducción nacional y marcó un hito en la taquilla.