Mañana en blanco. Por María Laura Daniele

Mañana en blanco. Por María Laura Daniele

Cerrar de ojos, domingo en el cual se recorre el día que ha pasado, se vuelve a respirar profundo y dormís, el perfume de las sábanas te recuerda que sigue siendo domingo.

Los pájaros del alero me despiertan me dicen quétan gris o azul estará el cielo.Sí, eso me imagino, quizá también sea una revuelta de aleteos y diferencias entre clases, pero quiero imaginarme eso. Abro los ojos a medias al unísono corro la cortina y veo antes que nada el Jacarandá, que tanto me costó germinar, desde una semilla que traje de Av 9 de Julio, aún es pequeño pero su puntal le dice que confíe, que él está ahí. Aunque no lo protege de las aterradoras hormigas, de eso si me encargo yo.

Hay humedad, eso quiere decir que la lluvia pronto vendrá, esta cicatriz de aquel accidente me lo dice, no hay dudas que supera el 90%, en fin debo alistarme y recorrer los caminos que ellas, las temibles hormigas  van surcando, porque saben que precipitará en cualquier momento, no sé si por alguna cicatriz, pero lo saben. Prevenir y cuidar de los malvones, que raro, no han florecido aún los blancos.

Al salir al patio Olivia y Jojo están ahí, faltas vos Matías, claro que faltas! y mucho, tu medallita me queda, no es consuelo, sino recuerdo y eso me pone un poco gris.

Pongo la pava y recuerdo que una risa dormida me despertó en la madrugada, después le preguntaré a Fran, no se va a acordar pero lo escuche reír y creo que me hizo sonreír, se mimetizó con algo que yo soñaba, porque si no cómo se explica, ¿sino es con el desfasaje de este mundo con el de los sueños?

Primer sorbo de este rico mate, amarguito burbujeante, temperatura ideal para mí, objetivamente para mí. Esas cosas de cebar mates para uno mismo, no hay una voz que te sugiera levemente, calentale un poco más, o si la yerba fue inclinada o mojada por demás, o ponele una cucharadita de azúcar al primero,  otro sorbo y una sonrisa surge, porque eso es mi imaginación que evoca un momento. Ruidito de mate y la sonrisa otra vez.

El tiempo se hace más lento si estás en paz.

La guitarra pide upa, está afinada seguramente las yemas de los dedos me dicen que hay una melodía en mi por salir – “hay música en mi”- Una vez desperté con esa frase en mis labios algo me dijo que creyera un poco más en mí, me elevé por sobre la yo de unos días atrás y eso me hizo crecer.

Siendo que pasan las cosas porque si y también porque no, es que el sorbo de mate vuelve y me hace sonreír nuevamente. Así despierto  ¿y vos?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *