Como si fuera un futuro distópico, en el que estamos inmersos, Milei es la encarnación del mal, todo el mal que puede engendrar esta etapa del capitalismo, que se manifiesta en la concentración desmedida de la riqueza, y su contraparte, la pobreza extrema. Y la devastación de la naturaleza con sus consecuencias pandémicas. En este caldo de cultivo surgen propuestas y candidatos que expresan esas consecuencias del capitalismo salvaje que padecemos.
Una parte de la sociedad que está “rota” socialmente, a la que “El Estado”, la “Comunidad”, los lazos que una sociedad debe tener para contener, no los brinda, los ofrece mal o de manera insuficiente. Esa parte del pueblo que padece las consecuencias de esta situación social, encuentra en Milei una persona que, clara y visiblemente padece un grado de desequilibrio emocional, pero que sin embargo, lo emparenta con la orfandad que esa parte del pueblo padece.
Milei convierte en violencia verbal o simbólica sus debilidades, y además tiene una propuesta de destrucción de todo tipo de contención social. Esa parte de la sociedad está constituida por el sector social que está privado de todo, y no encuentran reparo en el Estado o la comunidad. Milei les ofrece mayor desamparo, más desprotección, y destrucción de todo que une a la sociedad, y paradójicamente, esta parte del pueblo puede identificarse con sus propuestas.
Este personaje, opera como lo hacen algunos gurúes de secta, que llevan a tal extremo su profecía, al punto de proponerles la inmolación o el suicidio a sus seguidores.
Otra vertiente que puede votar a Milei está constituida por los “Odiadores”, aquellos que, como Lilia Lemoine, pueden decir, “Me cago en la Asignación universal por hijo, me cago en la educación pública gratuita”. Son aquellos que no tienen problemas económicos, pero odian de tal manera, que odian al pueblo en general. Son odiadores de clase, odian a los pobres, “el pobrismo”, los extranjeros, los homosexuales, a las mujeres, los feminismos, a todos, odian con fervor. Este sector también está constituido por los “los gorilas”, los que son antiperonistas de hoy y de siempre.
Tenemos que pensar que Milei, propone lisa y llanamente, la destrucción de la sociedad argentina tal cual la conocemos. Qué es si no, la posibilidad de que las personas se armen y reine la ley de la selva, para terminar como en EEUU donde un loco se presente en una escuela y acribille a un contingente de niños en un aula. O que una persona, ante la desesperación, pueda vender “libremente” un riñón, porque no tiene trabajo. O que las familias tengan que comprar bouchers para ir a una escuela o que un joven tenga que pagar la universidad. O tengamos que pagar no sesenta pesos como ahora, sino setecientos pesos el colectivo o el tren, por la quita de subsidios.
Lo que ofrece Milei es un futuro caótico, en donde nos podamos llegar a cruzar por la calle con el “Tigre” Acosta o con Astiz. O donde los diabéticos se mueran por no poder comprar la insulina. O que a la gente le corten la luz o el agua por no poder pagar tarifas exorbitantes. En suma una argentina, con más “contruis” y más villas miserias.-
