De chico siempre fui
el que hacía renegar,
el inadaptado, el desprolijo,
el que primero sacaba “b”
y después sacaba “s”
en su boletín
y tenía
pocos ausentes.
De chico siempre fui
el mimado, el odiado,
el que luchaba simplemente
por tener su lugar
en la fila.
De chico, a los golpes, crecí,
De chico, me discriminaron,
De chico me apartaron,
Por responder a esos golpes.
De chico, fui maltratado
Simplemente por
ser quien soy,
Un rubio ceniza, de ojos claros,
Bajito, charlatán, sonriente,
Travieso, malcriado, griton,
Y con una imaginación asombrosa.
De chico siempre fui..
Un pequeño nene de su mamá.
¿Acaso no todos fuimos eso?
¿Acaso no fuimos “presos”
de esos abrazos y esos besos?.
Claro, ahora es mejor negarlo.
Porque ser hombre es otra cosa.
Ser hombre es
(supuestamente)
no llorar nunca por nada
que no sea una pena
o una herida
dentro del corazón.
De chico siempre creí
que iba a ver el mundo
con los mismos ojos de ayer,
con esa luminosidad,
con esa simpleza,
con esa actitud y liviandad.
Pero uno va creciendo,
va aprendiendo a mentir,
a responder con la mismas formas,
uno va soltando la ternura
y abraza a la groseria
uno va soltando los juegos
va soltando el ir al carrusel
y empieza a dar vueltas
en su espacio y en su ser.
De chico…-continuará-gf.