Corrías a militar por las calles de La Plata, Guerrera. Bebías el aire que se trepaba a los árboles transportado en tu aliento, Guerrera. Soñabas mundos nuevos entre la sonrisa del Che y las imágenes de Perón y Evita. Te podía el obrero mal pago, los niños con sus pies descalzos y esas miradas dibujando miserias cuando pasaban a tu lado. Era la Básica, eran los sueños, era el amor que llega a vos, despacito y lo viviste como lo vivís todo, Guerrera. Pasaron por tu vida las oscuras noches de la dictadura, sembraste tu vientre de perfumadas flores, sus pétalos, tus hijos, Guerrera. Y cruzaste horizontes e inventaste caminos, enfrentaste las fieras y se fue el amor en un día cualquiera. Y quebraste en llano, Guerrera. Inclaudicable volviste a parir infinitas ideas, pero allí estaban las fieras queriendo arrancar una a una tus indomables entrañas. Corriste a La Plata, te llenaste de sueños, sembraste el grito, implantaste las garras. Altiva leona, atrevida, tan bella. Aplastaste las fieras, Guerrera.