Violencia fiscal. Por Verónica González

Violencia fiscal. Por Verónica González

Hace unos días, pudimos conocer, ver y escuchar al fiscal de Cutral-Có, Santiago Terán, quien bajo su propuesta de que “las mujeres porten armas para evitar femicidios”, se dedicó a maltratar, durante toda la entrevista telefónica mantenida en C5n, a la periodista, Lucila Trujillo.

Con dichos tales como: “conmigo no te vas a hacer la torita”, el fiscal impone violentamente, su discurso, sin dejar hablar a la periodista.

 Vemos como Lucila intenta responder y es interrumpida en innumerables oportunidades.

La actitud prepotente del fiscal, quien concluye la entrevista arremetiendo nuevamente, contra Lucila:” “Sos de esas personas que se victimizan», pone de manifiesto la urgencia de implementar medidas y políticas públicas, para desarraigar la violencia enquistada y avalada por los funcionarios del Estado.

Es imprescindible visibilizar estos procesos que, no sólo están presentes en un espectáculo público como un noticiero, sino que también y de una forma “más naturalizada” se manifiestan en lo cotidiano.

La violencia psicológica aún se encuentra justificada y considerada de menor importancia.

La desvalorización, el sometimiento, el control, son algunas de las maneras en las que se presenta, como una necesidad del varón de mostrar su poder ante la mirada de los otros, más que nada, de sus pares; de imponerse con toda su potencia, porque de lo contrario “no es macho”.

El miedo de perder ese lugar, la identidad concebida desde el patriarcado, lo llevan a utilizar la violencia con la ilusión de recuperar ese poder, a modo de espectáculo, como en el caso del fiscal Terán, mediante la prepotencia, el desprecio y en tantos otros casos, desde el asesinato de mujeres.

Hacia el final de la entrevista, la periodista, Lucila Trujillo, le pregunta al fiscal si realizó la capacitación en la ley “Micaela”, ante lo cual responde que sí, “que la había realizado hacia 4 años”.

Más allá de las especulaciones y las preguntas que nos podemos hacer acerca de la manera de implementar esta capacitación, si realmente la cumplen todos los funcionarios, es imprescindible continuar en la construcción de un lugar distinto para todes, facilitando recursos y dando a conocer cuáles son nuestros derechos.

Por este motivo, me pareció importante recordar que la ley Micaela, a la cual se refiere Lucila Trujillo, debe su nombre a “Micaela García”, la chica de 21 años, que fuera secuestrada, abusada y asesinada en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, el 1 abril de 2017.

Su femicida había sido condenado previamente por dos abusos sexuales, cuando asesinó a Micaela y circulaba por las calles de Gualeguaychú, luego de haber obtenido la libertad condicional.

El 18 de diciembre del 2018, con 171 votos a favor y uno en contra en Diputados y sancionada por el Senado por unanimidad, se aprueba la ley “Micaela García”, que crea el “Programa Nacional Permanente de Capacitación Institucional en Género y Violencia contra las Mujeres” y obliga a todas las personas que trabajan en los tres poderes del Estado Nacional, a recibir capacitaciones en temas de género y violencia contra las mujeres y fue impulsada por el padre de la víctima, Néstor “Yuyo” García.

El patriarcado se multiplica y sigue ejerciendo su poderío, porque se ha generado desde un proceso histórico, político y social que lleva muchos años y será difícil destruir. Mientras tanto, seguimos exigiendo justicia por las que no están, luchando por la conquista de nuestros derechos y repudiando la violencia, en todas sus formas y manifestaciones, como la ejercida por el fiscal Santiago Terán contra la periodista Lucila Trujillo el pasado 6 de agosto.

Las cámaras y todes fuimos testigos.

Fuente: https://noticiasancap.org/

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