Como cartas amarillas y españolas que juegan un truco que al cantar envido y tener que mostrarlo, suspenden el engaño a través de los años
Categoría: Crónicas
La crónica es un género periodístico híbrido, porque dentro de su narrativa incorpora aspectos informativos con otros argumentativos y de ficción. Hay crónicas sociales, crónicas de amor, crónicas de barrio, crónicas de calle, crónicas de lucha, crónicas de viaje, crónicas de familia y crónicas sobre derechos.
La loca del chango. Por Juan Botana
De verla continuamente en las calles de Alsina con la mirada perdida empujar el chango, con su frazada marrón como vestido y su figura flaca
Cantan los cometas de papel (El hombre feliz tiene todo). Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Juguemos a pensar que todas las cometas que encumbramos no volverán a la tierra, de lo contrario no va a servir de nada todo
Los jardines del desierto de Atacama. Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Aprendí que el desierto es un lugar inhóspito, yermo, caliente, que las serpientes se pierden entre la arena como pueden hacerlo en un río,
Delgadez. Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Una moneda no resuelve la vida, pero podría, con suerte, quitar el hambre de un día; pagar por dormir por una noche o mandarse
Bandido. Por María Margarita Pérez Vallejos
Veredaprosa Cuando dijiste que te ibas, ya te sabía ido y sólo esperaba un mensaje entre líneas porque no darías la cara. Todo lo avisas
Crónica de un despertar. Por Cata Amaire
Sucesos sociopoéticos 18/10/19 Llamado a evadir, el pueblo chileno se alza. Como todo proceso inflacionario capitalista, los precios suben. Los estudiantes se manifiestan. Viernes 18,
El pueblo se llamaba Mansilla. Por Juan Botana
Supongo que por el escritor Lucio Mansilla. El cronista-filósofo que viajaba en chata en sus causeries de los jueves. Aquellos relatos autobiográficos que lo llevaron
Nadie aparentemente. Por Juan Botana
Ocurre entonces que Nadie Huamán Rojas se hizo viral en las redes sociales. Y ser viral es extraño cuando sos librero y peruano en la
Senegal. Por Juan Botana
¡Él no era alegre! Ni siquiera demasiado demostrativo. Era un senegalés de unos veintidós años, no más, de sonrisa blanca y tímida y ojos color