Letanía. Por Juan Rouzek

Letanía. Por Juan Rouzek

Ariana es una chica de estaciones frías,

a su lado van las melodías incansables,

los retoños invisibles que juegan con sus cabellos y los garabatos de su hablar.

Al árbol en su cabeza le crecen minúsculas y corazones.

Frutos a piachere, y yo ¡uhmm!

Yo que la percibo aglutinado
En un viaje en bondi leyendo ”X” libro.

De re ojo letras,

de re ojo expresiones.

Cada tanto sus palabras
toman sorbos de matecocido
con mis anhelos.

Sus palabras que son como hormigas,

sobre el blanco papel de esta novela

que estoy empezando a soñar.

Preguntas que florecen desde focos amarillos me llevan a sus cuadros,
a sus escenas borrosas.

Fui olvidando rieles en gamuza, trenes se pelean por equilibrar universos de historias.

Un deseo se balanceaba en el aire, ventiscas que salían de los portales movían nuestros corazones
a ritmo atemporal.

De pronto su mirada supo de la mía
y unos soles se pusieron en el plan
de salir de nuestras mejillas,
se fusionaron.

Mis ojos amanecían viéndola desde mi libro, tiempo detenido en su cara llena de pecas,
de estrellas, y su sonrisa que iba conquistando todos los astros que giraban en mi.

Su sonrisa que terminó por destruir malos augurios,
en la letanía de un amor pronto a suceder.

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