Pepo soñaba que Luca Prodan llegaba a El Living. Pero ya era miércoles y debía asegurarle a Alejandro que un músico iba a ir. Aunque si no Ale movía alguno de sus contactos y algo conseguía. Y Pepo sabía que Luca le mintió.
A lo mejor si le hubiera invitado una cerveza o un café con leche por la hora, tal vez. Tampoco sabía mucho qué escribir para la revista “Cerdos & Peces” como le prometió a Enrique Syms. Así que le escribió a Mirna, la novia de Enrique que fue novia de Lali y le preguntó de qué cosas le parecía que le convenía escribir para que lo publicaran. Y Mirna le dijo: “Depende lo drogado que esté Enrique cuando las lea”. Pepo se río, pero mucho no entendió. Y prefirió hacer una crónica sobre su encuentro con Luca Prodan en la puerta de su casa de San Telmo y parece que gustó.
El editor que lo leyó le dijo que la historia no era muy creíble, pero como se trataba de Luca y las fotos eran muy buenas y la mañana, la publicó. Pepo saltaba de alegría y le contó a Dany que de a poco, quizás, se metía como periodista en el mundo del rock. “Llevame a ver a alguno de tus amigos músicos de la facultad.
A ese Fidel Nadal o a Diego Frenkel, o a ver al periodista ese, Juan Di Natale, que trabaja en la Rock & Pop y que va a buscar siempre a la facu a Leo Fernández por un proyecto que van a presentar para la TV Ataca que conduce Mario Pergolini. O a Diego Díaz, viste que el rock y el fútbol están muy relacionados. O a quién otro conocés. O decile a Maxi que me contacte con Chizzo de La Renga o con Ricardo Mollo. O no sé, quizás otro que vos conozcas o Alejandro y te pase el dato, pero no le digas que te lo pedí yo.
De esos que te quedaron de cuando tu papá escribía para el Expreso Imaginario o El Porteño o el diario Sur. ¡Eso el diario Sur! A lo mejor ese Daniel Tognetti que fue con vos al secundario y que viene a veces a El Living con el “Pájaro” García conoce a alguno. Es periodista y está medio metido en el ambiente del rock”. -Para Pepo. Dejá de imaginar. Te voy a llevar a un bar de la avenida Independencia a escuchar tango. Ahí baila una mina que estudia teatro conmigo en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Es la novia de “Palo” Pandolfo. “Palo” va a cantar unos tangos ahí también y me invitaron. No sé cuanto sale la entrada, pero vamos. Yo te invito.
Así que dejá de escuchar a Sumo, Soda Stéreo, Redondos, Pappo, La Renga, Calamaro, Charly, Spinetta o el que sea y ponete a memorizar letras de tango. Que el jueves cantamos a Homero Manzi, Roberto Goyeneche, Carlos Gardel o bailamos al compás de Pichuco, Piazzolla o Juan D’Arienzo. O la Fernández Fierro más cercana al tango de hoy-.
Pepo le dijo a Alejandro que lo aguantara unos días más, hasta el jueves a la noche o el viernes a la mañana a más tardar que iban a ir con Daniel a buscar a “Palo” Pandolfo para que venga a tocar a El Living. “A Palo, me decís. Es mi sueño. Aunque en realidad mi sueño sería traer a Fito Páez y él es muy amigo. Va, en realidad Fito siempre dice en cada reportaje que da que lo quiere mucho.
Andá y después me contás o le pregunto a mi hermano. Suerte”. Pepo y Dany se fueron para allá. Ni bien llegaron, después de pagar las entradas, se cruzaron con la novia de “Palo” que lo saludó a Dany como si fueran amigos. “Viste que la conocía, Pepo”. -Era verdad-. Después se acercó Palo y les presentó a los músicos. Encima lo dejaron cantar a Dany en el escenario. Pepo no se animó a tanto, pero le contó a “Palo” como era El Living. Que tenía una alfombra turca, almohadones y unas gradas donde tocaban los músicos al estilo MTV. Que Alejandro pagaba en efectivo porque era un fanático del rock y manejaba su economía en negro y que era super fan de Fito Páez igual que él.
Palo era macanudo y lo miró con la misma cara que miró a la novia y después al vaso de ginebra o al revés. Le dio un beso en la frente y le dijo que sí. Le contó también una cosa. Que justo había terminado de grabar un tema que mezcló en el estudio Andrés Calamaro. Que quedó una maravilla. Que Andrés estaba iluminado cuando lo hizo. Que la letra dice: “Ella vendrá. Ah-a-la-ra-la-ra-la. Ah-a-la-ra-la-ra-la. Y las heridas que marcan mi cara. Se secaran en su boca de agua. Siento que ella vendrá. Ah-a-la-ra-la-ra-la. Ah-a-la-ra-la-ra-la. Y al fin el techo dejará de aplastarme. Dejará de verme. Solitario, besando mi almohada. Solitario, quemando mi cama. Solitario, esperándote…”
-Es genial, Palo. Puedo contar este diálogo que tuvimos para la revista “Cerdos & Peces”. Empecé a escribir unas columnas de rock ahí-. “Si a vos te sirve y te lo publican, hacelo. Y deciles que te di la primicia”. -¿Entonces, vas a venir a El Living mañana la noche?- “Si ves que no llego decile a Dany que empiece o pasá el estribillo de “Ella vendrá” que grabaste recién. O la grabación de Daniel desafinando “Naranjo en flor” y “Malena”. No mentira. Pagate la próxima ginebra y voy”.