“Escribo, mientras miro de reojo los espacios ausentes como firmas borrosas de algún viejo recibo.
Escribo, porque si huyo o guarezco en un puerto cercano me despierto en mis sueños y me faltan las manos.
Escribo porque sí, porque nace, porque tiene latido. Porque es mi único modo de creer que aún existo.
Escribo con memoria, de memoria, con bronca, con amor, con rechazo, con dolor, con algún que otro suspiro.
Escribo, para ver cara a cara el naufragio en que vivo, la cercana distancia, el desliz de no ser y este precario olvido.
Escribo en este insomne y lento ocaso mío, mientras flota y se hunde y aún así permanece por el tiempo vivido.
Y en tanto no decida a la otra orilla el arribo, creo que aún hay tiempo. Y simplemente, escribo.”
