El Rosedal de Palermo. Por Juan Botana

El Rosedal de Palermo. Por Juan Botana

Uno de los espacios verdes más elegidos de la Ciudad.

Pocos espectáculos son tan bellos como el florecimiento de las casi 18.000 rosas de 93 especies diferentes que crecen en el Rosedal. Este jardín de casi 4 hectáreas, de acceso libre y gratuito, está ubicado sobre las avenidas Presidente Pedro Montt e Infanta Isabel IraolaTodos los días, atrae a turistas extranjeros y vecinos de la Ciudad, quienes recorren sus senderos, atraídos por sus belleza, caminando entre los rosales de distintas tonalidades, para luego cruzar el lago a través del famoso puente blanco.

El Rosedal de Palermo fue inaugurado hace más de 100 años, el 24 de noviembre de 1914 en el Parque 3 de Febrero, y su diseño estuvo a cargo de Benito Carrasco, que trabajó bajo las directivas del célebre arquitecto y paisajista francés, Carlos Thays, como una manera de darle continuidad a la serie de notables obras encaradas por Thays, entre las cuales se encuentran el diseño del Jardín Botánico, del Parque Avellaneda, del Parque Lezama y la reforma del mismo Parque 3 de Febrero, además.

Los terrenos donde se encuentra el Rosedal eran conocidos como Bañado de Palermo y pertenecieron a Juan Manuel de Rosas hasta que luego de ser derrotado en la batalla de Caseros le fueron confiscados y el paisajista Carlos Thays diseñó allí el Parque 3 de Febrero. Fue Joaquín Anchorena, intendente de Buenos Aires entre 1910 y 1914, quien impulsó la idea de crear un jardín de rosas dentro del parque. Y fue el ingeniero agrónomo Benito Carrasco, discípulo de Thays, quien lo construyó, en el mismo sitio donde habían sido emplazados los pabellones de las provincias argentinas durante el desarrollo de la Exposición Industrial de 1910.

El Rosedal es, quizás, el espacio más visitado del Parque 3 de febrero. Su popularidad no es injustificada: este jardín, cuidadosamente diseñado, fue premiado, en el 2012, con el Garden Excellence Award, otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas (WFRS) y en el 2014 festejó su centenario (1914–2014). Las especies más comunes son la rosa sevillana, de color rojo brillante, la Johan Strauss, la Charles Aznavour y la Frederic Mistral (las tres de tonalidades rosadas) y la Elina, de color amarillo claro.

Entre los rosales se levantan bustos de poetas famosos, a quienes se rinde homenaje en el Jardín de los Poetas. Allí conviven Dante Alighieri con Jorge Luis Borges, Antonio Machado, Federico García Lorca, William Shakespeare y Alfonsina Storni con todos los visitantes que se acercan al lugar. Muy cerca de ahí está el Patio Andaluz, construido en 1929 y obsequiado por la ciudad de Sevilla a la ciudad de Buenos Aires. En la fuente, ubicada en el centro del patio, se puede leer la dedicatoria que acompaña al regalo: “A la caballerosa y opulenta ciudad de Buenos Aires en testimonio de comunicación espiritual, Sevilla ofrece esta muestra de la industria de Triana, el barrio de los laboriosos alfareros y los intrépidos navegantes”. Los adornos de mayólica decoran los bancos, escalones y pisos del patio, que está rodeado por ejemplares de glicinas.

El Rosedal es un emblema del diseño paisajístico y regala una imagen privilegiada dentro de la Ciudad: su particular encanto, resultado del trabajo de una de las grandes figuras del urbanismo porteño, o dos –me refiero a Benito Carrasco y a Carlos Thays- le otorgan una identidad propia y única. El Rosedal todavía transmite la pasión y el cariño de quién dedicó su vida a trabajar para que todos los ciudadanos y visitantes de Buenos Aires puedan disfrutar del verde dentro de la Ciudad.

Construido para cruzar el Lago del Rosedal, el predio tiene atractivos como el Punte Blanco, conocido también como Puente Helénico o Puente Griego, debido a sus rasgos arquitectónicos. Conocer el Rosedal es una de las tantas buenas excusas para visitar el Parque 3 de Febrero y la Ciudad.

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