A veces quisiera que vengas y te lleves
este deseo que quedó en cada
esquina del cuarto
en el olor de las cortinas
cuando duermo.
Para que puedas ver que no se calla,
cuando respiro y me habla al oido
Que aparezcas y lo saques de mi ropa
de la mesita de noche
de la vida
de adentro de mis huesos.
Que entres y te lleves lo que duele.
Que desaparezcas con él,
de los recuerdos .
A veces sueño, que mato aquel deseo
cada noche que él intenta matarme,
pero recuerdo, que me lo has dejado muerto.
Y de nuevo revive
Y me ahoga
Y me aprieta,
otra a vez.
Y es que él nunca, lo entiende.
Como quisiera arrancar tu voz
de mi, como quien arranca un jirón viejo.
Si pudiera matar al deseo inutil,
pero ya lo hiciste ….
lo llevaría a cuestas
y lo dejaría en tu puerta.
Y es que cuando el amor muere,
el deseo también debería marcharse lejos .
¡Debería también, morir !
Suicidarse.
olvidarse de uno
volver a su dueño
fugarse de pueblo.
¿Para qué quiere uno
el deseo de un amor
que ha muerto?
A veces le hablo
y le digo: ¡largo! ¡fuera de aqui !
No te quiero. ¿No lo ves? pero no escucha
es sordo, es ciego.
Debería irse
tener valor,
dignidad.
¿Y es que el deseo no tiene dignidad ?
Debería marcharse.
Para no dejar rastro .
Para no apretar más la piel que duele,
y ser el verdugo del amor que fué,
Porque cuando el deseo queda
en algún lugar del cuarto,
más vale aniquilardo.
Darle un veneno. Un sedante viejo.
Un mal golpe.
¡ Algo!
que lo aleje de uno,
para siempre.
Una carta de despedida.
Un desprecio.
¡Algo!
Que lo haga marcharse lejos.
Creo que mañana iré a verte
y te llevaré a tu deseo,
que por cierto, es insoportable.
Para que duela sólo
¡y muera!
como duele el amor que no fue.
Mañana te llevaré este deseo.
mezquino y cobarde como su dueño.
Quédatelo yo no lo quiero.
Porque a veces, duele más, cuando
el deseo no ha muerto.
Como un aguijón de veneno
que te mata lento.
Te despierta en la mañana y
lo odias, con la misma fuerza
con la que lo has amado .
Mañana dejaré en tu puerta este deseo
que no es mio.
Quédatelo.
Ahógalo.
Haz algo con el .
Véndelo.
Subástalo.
Cambiale el nombre y el apellido
Regálalo
Tiraselo a los perros.
Ya no lo quiero.
Lo dejaré temprano en tu puerta
no querré verte .
Sólo te dejaré tu deseo
inmune
absurdo,
maldito.
Para que muera pronto.
Para que no termine conmigo.
Mañana llevaré este deseo
insoportable,
y lo dejaré en tu puerta
Recuerda de matarlo, pronto
cuanto antes.
Que no vuelva a mí, jamás
Que habite otro cuerpo.
Que al amor, le tenga miedo.
Recuerda,
mátalo pronto.
Déjalo sin aire
sin vida
sin tiempo,
tu bien sabes,
como hacerlo.