Carta urgente de Patricia Marina Pérez Novo para matar al deseo

Carta urgente de Patricia Marina Pérez Novo para matar al deseo

A veces quisiera que vengas y te lleves 
este deseo que quedó en cada 
esquina del cuarto
en el olor de las cortinas 
cuando duermo.
Para que puedas ver que no se calla, 
cuando respiro y me habla al oido

Que aparezcas  y lo saques de mi ropa 
de la mesita de noche 
de la vida 
de adentro de mis huesos.

Que entres y te lleves lo que duele.

Que desaparezcas con él, 
de los  recuerdos .

A veces sueño,  que mato aquel deseo
cada noche que él intenta matarme,
pero recuerdo,  que me lo has dejado muerto. 

Y de nuevo revive 
Y me ahoga 
Y me aprieta,
otra a vez.
Y es que él  nunca,  lo entiende.

Como quisiera arrancar tu voz
de mi,  como quien arranca un jirón viejo. 

Si pudiera matar al deseo inutil,
pero ya lo hiciste ….
lo llevaría a cuestas
 y lo dejaría en  tu puerta.

Y es que cuando el amor muere, 
el deseo también debería marcharse lejos .
¡Debería también,   morir !

Suicidarse. 
olvidarse de uno
volver a su dueño
fugarse de pueblo. 

¿Para qué quiere uno 
el deseo de un amor 
que ha muerto?

A veces le hablo 
y le digo:   ¡largo!   ¡fuera de aqui !
No te quiero. ¿No lo ves?   pero no escucha 
es sordo, es ciego. 

Debería irse
tener valor,
dignidad.

 ¿Y es que el deseo no tiene dignidad ?
  Debería marcharse. 

Para no dejar rastro .
Para no apretar más la piel que duele,
y ser el verdugo  del amor que fué,

Porque cuando el deseo queda 
en algún lugar del cuarto, 
más vale aniquilardo.
Darle un veneno.  Un sedante viejo. 
Un mal golpe. 
¡ Algo!
 que lo aleje de uno, 
 para siempre. 

Una carta de despedida. 
Un desprecio. 

¡Algo! 

Que lo haga marcharse lejos.
Creo que mañana iré a verte 
y te llevaré a tu deseo,
que por cierto,       es  insoportable.

Para que duela   sólo 
¡y muera!
como duele el amor que no fue.

Mañana te llevaré este  deseo.
mezquino y cobarde como su dueño.

Quédatelo yo no lo quiero.

Porque a veces,   duele más, cuando
el deseo no ha muerto.

Como un aguijón de veneno
que  te mata lento.
Te despierta en la mañana y 
lo odias,  con la misma fuerza 
con la que lo has amado .

Mañana dejaré en tu puerta este deseo
que no es mio.

Quédatelo. 
Ahógalo. 
Haz algo con el .
Véndelo. 
Subástalo. 
Cambiale  el nombre y el apellido 
Regálalo 
Tiraselo a los perros.

Ya no lo quiero.

Lo dejaré temprano en tu puerta 
no querré verte .
Sólo te dejaré  tu deseo
inmune 
absurdo,
maldito.
Para que muera pronto. 
Para que no termine conmigo. 

Mañana llevaré este deseo
 insoportable, 
y lo dejaré en tu puerta 

Recuerda de matarlo,     pronto 

cuanto antes.

Que no vuelva a mí, jamás 
Que habite otro cuerpo. 
Que al    amor,     le tenga miedo. 

Recuerda, 
                 mátalo  pronto.
Déjalo sin aire
                sin vida 
sin tiempo,

             tu bien sabes,  
 como hacerlo.

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