Agradecimientos: Elogio del presente
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en el que puedo escuchar a Mozart sin ser príncipe ni Papa.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en el que, como siempre, ocurren tsunamis y terremotos, pero, como nunca, se conocen al instante y generan redes de ayuda planetaria.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en el que mujeres y niños pueden decidir sobre sus vidas como nunca lo habían hecho.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en el que existe la anestesia. Y una ciencia médica que puede prevenir y curar enfermedades y atenuar sufrimientos en una medida nunca vista.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en que hay muchas personas cuyo oficio consiste en compartir, entender y a veces aliviar las penurias de otras, que no son sus familiares ni amigos.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en el que es posible que el abuelo, el padre y el hijo estén viviendo simultáneamente sus historias de amor.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en que el cuerpo no es sólo –como fue durante siglos para la inmensa mayoría– una máquina de producir y reproducir.
Agradezco a la vida, haber nacido en un tiempo en el que se puede disponer de la Enciclopedia Británica moviendo un dedo y ya casi no queda lugar donde haya que pedirle permiso a alguien para hacerlo.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en el que siguen habiendo guerras, pero los derrotados no se convierten inexorablemente en esclavos o cadáveres, como fue durante milenios.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en el que si a uno no le gusta el lugar donde nació, puede a menudo irse, persiguiendo sus sueños, a casi cualquier otra parte, como nunca sucedió.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en el que uno puede conocer Venecia o Nueva York sin ser millonario, y disponer de momentos de ocio recreativo en una medida que jamás imaginaron nuestros bisabuelos.
Agradezco a la vida haber nacido en un tiempo en el que, como siempre, hay muchos pobres sobre la tierra, pero, como nunca, no son la mayoría, la mayoría asume que eso está mal y se lo considera un problema a resolver.
Finalmente, y, como dijera mi admirado R. Ardrey, agradezco a la vida haber nacido en un período interglacial. Que es como decir, agradezco haber podido nacer.