He recibido por alguna gente, críticas destructivas, por presentarles mis cartas para que las lean. No porqué yo crea, que voy a abrir la iluminación de alguien, ni tampoco lo que en ellas está escrito vaya a entrar en sus mentes y así , sacarles su pensamiento de cuajo.
Especialmente la carta de ayer, hablaba de ver al otro como un igual y no un distinto.
Entonces me pregunto: ¿es el miedo que impera en las personas, que no permiten que un grupo de chats las lea? O es ese ser igual a ellas, las que se encuentran tiradas en las calles; algunas perdiendo la razón y otras tratando que alguien les de trabajo y un techo, incomoda
¿Qué es lo que molesta? Que no sé los invisicibilice, que hagamos de cuenta: acá no ha pasado nada. Después suben a sus autos, van a sus countries y listo.
Lo malo siempre es incomodo, molesta y causa repulsión, ¿verdad?
Pero resulta que estos seres incómodos son esa gente , que después pide justicia, o se queja como va el país. O si le pasa tal o cual cosa.
Yo aquí expongo el problema que todos los días vemos en las calles. Lo traigo, lo pongo en la palestra. Es un derecho humano : tener techo, salud y comida.
Y también el derecho a trabajar dignamente. No todos tuvieron la posibilidad de nacer en una casa dónde se pudiera propiciar el futuro, para cuando esa persona fuera adulta.
Casi todos somos nietos, bisnietos de inmigrantes. ¿Y ahora qué? De pronto, nos creemos que pertenecemos a una clase especial. Nos olvidamos de nuestros orígenes, del origen de nuestro país, que también se hizo con la sangre de los pueblos originarios y los gauchos.
Paso un día que me censuraron, y aun sigo enojada.
No sé abandona, se ayuda. Somos una sociedad neurótica, enferma de poder y apariencias, que al final de tu vida te das cuenta que eso que te creías; ese personaje , no existe ni existió nunca.
Memoria para saber de dónde venimos señores, si se olvida cual fue tu origen perdés la identidad. No sos nada. Ni siquiera el mendigo en la calle.
Desde Ciudad de Buenos Aires. Argentina