“Cosecharas tu siembra” fue una exitosa telenovela argentina emitida a principios de los ’90 y, acerca del dicho popular, “cosecharas tu siembra”, este nos hace referencia a que los resultados obtenidos se corresponden a las obras que hemos realizado.
El fruto de nuestro trabajo se ve representado por la cosecha, que es representativa de lo sembrado: si hemos hecho un buen cultivo la cosecha es buena… Hay una frase popular, repetida invariablemente de forma tradicional, que dice así: “Siembra un pensamiento, y cosecharás una acción. Siembra una acción y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharas tu destino.”
Lo que pensamos nos empuja a hacer, o no hacer, lo que sabemos que deberíamos hacer.
En medio de las necesidades de otros, muchas veces nos preguntamos el porqué de la escasez de ayuda los que creíamos ser cercanos, o el porqué de la indiferencia o los malos tratos. Pero ¿nos hemos puesto a pensar en lo que podríamos hacer por los que requieren de asistencia, o lo que hemos hecho por ellos?
Enseñar o dar las cosas hechas distan de ser lo mejor para el otro. Lo mejor es educar (palabra que tiene su origen en la palabra latina educo (sacar afuera)
Un ejemplo de lo que representa enseñar, haciéndolo como ejercicio de generosidad que se lleva a cabo, es la experiencia llevada a cabo por el docente que aquí se presenta… La generosidad se basa en dar lo que se tiene y en dar lo mejor; por lo que educar en la cultura del esfuerzo resulta claves para que las niñas y niños sepan que la responsabilidad y el esfuerzo potencian la perseverancia y ayudan a superar la pereza.
Pablo, el apóstol escribió: «Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará» (2 Corintios 9:6).
Ayudar y apoyar al otrosignifica ser solidario; acciones estas que, además, nos hacen más humanos y que se fundamentan en el respeto. El que prestamos ayuda puede evitar que otros se equivoquen, pero tengamos en claro que no podemos vivir la vida de otra persona… Respetemos los espacios individuales.
Ejemplos de gestos solidarios pueden ser muchos; el que tomemos las responsabilidades de la otra persona como propias puede no ayudarlas, por el contrario, podría incapacitarla, hacerla dependiente.
Que ayudemos al otro es un claro acto de amor, de amor al prójimo como a uno mismo; porque este acto, que para nosotros podría ser pequeño, puede ser de gran ayuda para quien lo necesita.