Aunque es una herramienta novedosa en los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) no es algo que haya surgido recientemente; hace 2.300 años Aristóteles ya intentaba convertir en reglas la mecánica del pensamiento humano, y desde los tiempos de Leonardo Da Vinci se ha pretendido construir máquinas que se comporten como personas.
El desarrollo actual y futuro de la Inteligencia Artificial se nos muestra prometedor y beneficioso para el día a día, la resolución de situaciones en todos los ámbitos de la vida y el desarrollo de nuestra rutina.
Así, además de las herramientas digitales con IA más evidentes en nuestras vidas tales como ordenadores, smartphones, etc., existen también otros ámbitos donde se usa y representa una significativa importancia en nuestro mundo globalizado.
En la actualidad, la IA ha demostrado ser una herramienta poderosa en el campo de la salud mental.
Con avances tecnológicos en el procesamiento de datos y el aprendizaje automático, la IA puede proporcionar soluciones innovadoras para la identificación, prevención y tratamiento de problemáticas de salud mental. Una de sus aplicaciones más importantes en la promoción de la salud mental, es su capacidad para analizar grandes cantidades de datos de usuarios y detectar patrones o signos tempranos de ciertas problemáticas, identificando factores de riesgo y diseñando intervenciones más efectivas. Esto permite a los profesionales de la salud implementar acciones de manera temprana y brindar tratamiento pertinente a quienes lo necesitan.
Los algoritmos de IA pueden analizar el lenguaje y el comportamiento de una persona en línea para identificar signos de depresión, ansiedad u otras patologías. Esto permite efectuar prevención de crisis, por ejemplo.
Además, la IA también se ha utilizado para desarrollar aplicaciones y programas de terapia en línea que brindan apoyo emocional y consejería a personas que sufren de ansiedad, depresión u otras patologías de salud mental. Estas herramientas pueden ofrecer una forma accesible y asequible de recibir tratamiento para quienes no cuentan con acceso oportuno a servicios de salud mental.
Otra área en la que la IA ha demostrado ser útil es en la detección de comportamientos suicidas. Los algoritmos de IA pueden analizar el lenguaje y el comportamiento en línea para identificar a personas en riesgo de autolesiones o suicidio, lo que permite una intervención rápida y efectiva.
Por otro lado, la IA se ha consolidado como una herramienta poderosa en la identificación temprana de signos de angustia, estrés, depresión y otros problemas de salud mental en plataformas de redes sociales. Este enfoque proactivo permite intervenir y proporcionar apoyo de manera preventiva a las personas con dificultades emocionales antes de que se agraven.
Un caso de uso que observamos como un claro ejemplo de lo planteado hasta aquí, es el proyecto de Ana Freire, vicedecana, docente e investigadora de la UPF de Barcelona, STOP (Suicide Prevention in Social Platforms)[1]. En el mismo se utiliza la ciencia de datos e inteligencia artificial para estudiar problemas emocionales con redes sociales y ofrecer ayuda a las personas que puedan necesitarla. Esta tecnología puede distinguir publicaciones, comentarios o mensajes que manifiesten signos de crisis emocionales, a la vez que alertar a profesionales de la salud o a las mismas redes sociales para brindar ayuda o recursos relevantes.
Las plataformas de redes sociales están trabajando y colaborando estrechamente con especialistas en el tema y desarrolladores de IA para implementar estas soluciones; esto incluye la creación de chatbots de apoyo emocional, líneas directas de ayuda, y la promoción de contenido educativo sobre la salud mental en los feeds de noticias de los usuarios, entre otras.
Este enfoque innovador en el uso de la IA representa un avance significativo en la lucha contra el estigma asociado a los problemas emocionales y la promoción de la conciencia para brindar apoyo para aquellos que luchan con su bienestar mental.
No obstante, es importante tener en cuenta que el uso de la IA en salud mental plantea grandes desafíos éticos y de privacidad.
Es fundamental garantizar que los datos de los usuarios se utilicen de manera segura y que se respete la confidencialidad y privacidad de la información sensible que refiere a su salud, siendo imperativo entonces, que se establezcan normas y regulaciones claras en todos los países para el uso de la IA en este campo, contemplando la confidencialidad y el consentimiento informado de las personas
De acuerdo con las puntualizaciones mencionadas en el presente artículo, es claro que la IA va a cambiar el mundo aún más intensamente que Internet o los teléfonos móviles, por lo que estimo pertinente preguntarnos: ¿Estamos preparados para ello?
Autora: Licenciada Carina Oviedo MP 3082
[1]Leiva, V., Freire, A. (2017). Hacia la prevención del suicidio: detección temprana de la depresión en las redes sociales. En: Kompatsiaris, I., et al. Ciencia de Internet. INSCI 2017. Apuntes de conferencias sobre informática (), vol 10673. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-70284-1_34