Me quieren sacar del presente haciendo baches en la ruta de mi mente.
Bajando el precio a mi tiempo, acostumbrando mis momentos.
Hoy pensé en no olvidarme de mi.
Y tapo un poco mis oídos al viajar, para que el ruido urbano no se me haga ruido blanco
No tocare el teléfono, no torceré mi espalda, no entraré en la ficción de la galería de la mediocridad.
Respiraré y pensare en voz alta narrando en voz en off.
Cantaré en idiomas inventados cuando este caminando o andando en bicicleta, mirare a otro lado, quizá hacia abajo, si en la pared me encuentro alguna publicidad.
Haré lo que pueda y si no, el mundo seguirá girando igual.
Hoy trato de recordarme.
Entender que las miradas de hielo son la violencia nacida del miedo, del deseo del que haría pero no tanto de lo que no hicieron.
Observare calles que me recordarán a otras calles en otra ciudad, otro momento y a otra gente, y esa gente me recordará a su vez de como estaba en ese momento, y estaré en varios sitios a la vez, en movimiento, como una piedra libre de musgo.
Me perderé como un encendedor.
Saldré corriendo y pegaré un salto de la nada disparado como un corcho.
Para no ser prisionero de una misma posición, adormecidas por el deseo.
Haré caras extrañas, como un dibujo animado, para que me encuentren fácil entre las caras congeladas que comparten secuela de esta existencia.
Hoy no quiero alejarme de mi, hoy no caeré en la trampa.