Vi Argentina 1985.
Una película bien hecha. Bien narrada, bien actuada, sin esquematismos, sin golpes bajos. Hombres y mujeres con pasado, con contexto. Relato centrado en dos personajes. Decide ensalzarlos más allá de sus oscuridades. Tiene buen ritmo.
No es antipolítica, deja relativamente bien parados a Lúder y a Alfonsín. Critica a la derecha del radicalismo. Y a la derecha en general. En un momento en que el negacionismo abre boquetes en los discursos públicos es oportuna porque recuerda y muestra un pasado que a veces se olvida o se quiere tapar.
Critica a la clase media por cómplice.
No sostiene la Teoría de los dos demonios.
Tiene olvidos y omisiones?
Muchas.
Es un relato histórico?
No. Por suerte es una película. Debe conmover, emocionar, ejercitar la memoria, hacernos pensar. Lo logra? Sí.
Están idealizados los personajes? Sí, Strassera estuvo mucho más contaminado durante la dictadura, como media Argentina, más o menos.
Respeta a las víctimas, no las sobreexpone.
No relata la heroica lucha de los organismos de derechos humanos? Es cierto.
No es peronista ¿importa?
No es kirchnerista explícita, ¿importa?
Es un poquito alfonsinista ¿importa?
La película juega para el “lado de los buenos”. No entiendo por qué algunos de los “buenos” se escandalizan tanto por una película coveniente…
Corresponsal: Hernán Brienza, desde Ciudad de Buenos Aires, Argentina