Sócrates preguntaba si la “persistencia era valentía”. Tanto la persistencia como la valentía son valores, como también la solidaridad, la honestidad, la humildad, la responsabilidad, la integridad, la compasión, entre otros.
Ahora bien, de acuerdo a como nos posicionemos pueden algunos de ellos llegar a ser antivalores.
Qué difícil es no cruzar la línea, que complicado ser coherente en los dichos y los hechos.
O en la aplicación de lo que uno cree que es un valor; especialmente cuando uno es formador. Ya sea desde el lugar de madre o de profesional.
Creo que uno tiene que estar en eje, que probablemente ese eje se forja en el seno familiar, que uno lo internaliza y en la medida que transcurre la vida se va exteriorizando.
Creo es muy exigente estar siempre del lado “correcto”, pero si, mis acciones fluyen en el sentido de los valores positivos, creo que tengo el derecho a esperar del otro una respuesta en ese mismo sentido.
Puedo orgullosamente decir que mi hijo aprendió y practica valores positivos. Pero existen muchas personas que no, tal vez por el lugar que ocupan dentro del trabajo o de la sociedad, se presentan con máscaras y decires, que en los hechos terminan en acciones no positivas.
Aún así, creo que hay que seguir apostando a las buenas acciones, y a intentar al menos que los que nos rodean, también.