María Cecilia Marsili: Tenemos con nosotros un artista de las letras. Está con nosotros el señor Juan Botana. Buen día, Juan. Muchas gracias por estar acá con nosotras.
Juan Botana: Buen día. ¿Cómo andan?
María Cecilia Marsili: ¿Seguís trabajando en el Gobierno de la Ciudad?
Juan Botana: Sí, hace veintipico de años que trabajo en el Gobierno de la Ciudad.
Nancy Díez: Ah, ya sos parte del patrimonio cultural. María Cecilia Marsili: Y además del Gobierno de la Ciudad tenemos un gobierno misterioso de las letras. Poesía fundamentalmente.
Juan Botana: La poesía fue lo que más me hizo conocido. Yo en realidad me reconozco o autoreconozco cronista. De hecho, el primer libro que hice fue de relatos. Se llamó Recovecos y lo presenté en el Museo Americanista hace cuatro años. Después me di cuenta que los relatos eran difíciles de mostrar o por lo menos de la manera que lo hacía yo. Probablemente las narradoras, como ustedes, tienen otra cancha. A lo mejor saben achicar o marcar los tiempos de un modo que el que lo escribe no lo pensé de ese modo. Y sea un trabajo posterior al texto. Y me di cuenta que mucho no funcionaba y me pareció que la poesía podía andar para mostrarla.
Nancy Díez: ¿Vos escribiste siempre, Juan? O fue un momento de tu vida que arrancaste.
Juan Botana: Yo escribí por hechos puntuales. De adolescente escribía poesía porque me salía. Como la mayoría de los adolescentes por problemas existenciales, líos con las chicas, la rebeldía, el amor y esas cosas. Más con el amor que con la rebeldía. Yo después entré a la carrera de comunicación (estudié comunicación en la UBA). Ahí intenté alguna rebeldía, pero la quería sacar más como teoría y estuve mucho tiempo tratando de hacer ensayo o investigación periodística o social, pero me di cuenta que con eso no llegabas a nadie. Mi intención era mover alguna sensibilidad, emocionar, conmover.
Nancy Díez: ¿Ir a otro lugar, más profundo?
Juan Botana: No sé si a otro lugar. A lo mejor al mismo pero desde otro lado. Desde un lugar que pudiera tener cierta afinidad por los demás, que se reconocieran. Cuando te decía esto de la poesía, pensé que podía funcionar en radios, en portales, en lugares, porque era cortita, porque tenía más golpe. Porque había toda una movida dando vueltas que estaba desorganizada, pero que se podía unir. Y esto funciona si en un evento los mismos que escucharan, leyeran y al revés.
Nancy Díez: Que no fueran de un solo lado, vos decís.
Juan Botana: La idea es que no haya una sola voz. Y la idea es que no haya una sola voz mandante. Yo siempre traté de igualar. Yo tengo cierto concepto por así decir de la vida o el mundo social. En el cual buscamos que todas las partes funcionen parecido. Y que el que un día hace una cosa, a la tarde haga otra, a la noche haga otra. Después rote. Es una intención. A veces sale y a veces no. Que no haya puestos fijos. Y me pareció que en los eventos podía pasar eso. Además era la forma de juntar gente, porque yo no era nadie y me dije cómo los junto. Los junto distribuyendo, mostrando, haciendo circular las cosas. Y ahí apareció el fenómeno del libro Amores truncos que se hizo más conocido, porque los evento y demás me hicieron conocido a mí y de alguna manera les metí el libro. Que puede ser bueno o malo, no sé. No es esa la intención. Y vengo de la comunicación y para mí siempre la intención es que la gente se expresara. Ni siquiera que fuera buena haciendo literatura. Ni siquiera yo pretendo ser bueno haciendo literatura
Nancy Díez: ¿Vos buscás otra cosa? No te querés perfeccionar por decir escalonar. Si no en esto de la igualdad hacer que en los demás también prender esa semillita.
Juan Botana: Sí, tratar de ir subiendo de a poco todos. Esa es la intención. Seguramente sí que uno se quiere perfeccionar pero eso es a nivel individual. Pero cuando salgo a mostrar las cosas es un hecho colectivo. El hecho individual fue escribir el texto en mi casa o donde fuera.
Nancy Díez: O estudiar otros temas porque querés perfeccionarte o hablar de otras cosas que no conocés. Es eso es algo tuyo en la intimidad.
Juan Botana: Pero no cuando salgo al público.
Nancy Díez: Eso está claro, porque convocás muchas gente, Juan.
Juan Botana: Ahora es distinto. Bajó un poco el fenómeno. Hubo un fenómeno tremendo que llegó a convocar en el BASA de Lanús ciento y pico de personas, en el Oveja Roja no entraban y se quedaban en la puerta. El Americanista, la primera vez entró un montón de gente que hasta me dijeron, che, pará.
María Cecilia Marsili: Botana pegá la vuelta el Americanista te queda chico.
Juan Botana: Fue, porque se dio en ese momento. No sé si ahora se da el mismo fenómeno, porque también yo no tengo el mismo impulso del comienzo. Y probablemente también aparecieron un montón de otros lugares. Lo que tengo a favor, que un montón de gente que yo encontré -y digo yo porque la busqué-, ahora están por todos lados. Y no se podían conocer nunca gente de San Justo con gente de Lomas con gente de Témperley, de San Isidro o de Campana.
Nancy Díez: Como que fuiste armando una red de alguna manera.
Juan Botana: Yo usé las redes. En cada tema que me meto trato de perfeccionarme, de averiguarlo y usarlo como se debería usar. Y de alguna manera armé una red de poetas en ese momento, que ahora pasarlos a la crónica o pasarlos a las cartas porque armé una web que se llama Carta abierta https://cartaabierta.com.ar/ y también mandan cartas. Todas las cosas que hago trato de que sean participativas. Pero ya es más dificil, porque también encontrás un impedimento, que es que mucha gente que hace poesía no quiere hacer otro género. El tema de los géneros a veces complica. Pasarse de un género al otro. Yo como vengo de la comunicación y probablemente vengo más de la crónica o de la columna periodística, hacer este tipo de laburo me da lo mismo, pero no a todo el mundo le da lo mismo. Y eso es un impedimento.
Nancy Díez: Y eso es un impedimento, claro.
Juan Botana: Si digo que hago un Festival de Poesía, mentemos 200 personas. Si querés presentar un libro de crónicas no encontrás 300 personas. Si querés encontrar 40 narradoras, no encontrás 40 narradoras. O sí, pero no te van a venir todas juntas porque no está el tiempo para hacerlo. Son formas diferentes, me pasa con las presentaciones, que hay que encontrarle la vuelta. El tema de este libro que saqué a fines del año pasado que se llama Sin ojos que los miren es un libro de crónicas, entendiendo la crónica como un cuento que fue verdad. Es más o menos un cuento, pero con datos precisos, algunos recuerdos o anécdotas precisas. Son textos más largos y es más difícil mostrarlos, por eso la habilidad de ustedes de achicarlos, de contar cuentos que tienen a veces dos páginas.
Nancy Díez: Sí. Para narrar tenés que un poco desmembrar la literatura. A veces se hace imposible contar. Primero recordar todos esos datos es difícil. Y segundo lo tenés que llevar a un terreno más coloquial.
Juan Botana: Y además la puesta en vivo es diferente. El que escribe no siempre es un performers o un buen actor. Entonces me parece que va por lugares diferentes. La idea es tratar de combinar todo y hay gente que lee, hay gente que lo narra, hay gente que lo actúa divino, hay gente que lo narra como puede.
María Cecilia Marsili: ¿Cómo nosotras?
Juan Botana: No. Ustedes son casi profesionales. El ejercicio te enseña.
Nancy Díez: Sí. El ejercicio, la acción de todo lo que hagas. Lo mismo leer en público. Hay gente que le da mucha vergüenza y lee maravillosamente, pero le da vergüenza y dejar que cada uno haga lo que tiene ganas también. Dejarlo que no salga de la poesía si no quiere. Cada uno hace lo quiere. La escritura es difícil porque yo conozco a muchos poetas que no quieren y dicen: no, no, no, lo mío es poesía. O lo mío es prosa. Pero está bien que también haya gente como uno que dice es esto lo que salió, no sé si es una prosa, un cuento, si es un relato, qué sé yo (Nancy).
Juan Botana: Yo personalmente creo y no lo digo yo lo dice Beatriz Sarlo. Yo por lo general uso conocimientos o teorías de otros. Primero hay que saber el camino correcto para después encontrar el desvío. Está bueno que sepan que es una poesía para después romperla. Si no le salió de casualidad. Me refiero es bueno para poder repetirlo.
Nancy Díez: Pero eso es como en todo. Yo pensaba… Lo importante es saber la técnica, lo que hay que hacer. Después viene el abstracto. El romper eso y hacerlo a tu manera, pero la idea principal tiene que estar.
Juan Botana: Sí, igual la técnica a veces se la adquiere antes por conocimientos o en el ejercicio de hacerlo termina teniendo una técnica que no sabe. A veces le decís: cómo lo hiciste y no te lo puede decir, pero lo puede hacer. Que eso le pasa a mucha gente que escribe y que es autodidacta. La intención ahora con esto que estamos haciendo o lo que estamos haciendo. Siempre trato de hablar en plural…
Nancy Díez: ¿Quién colabora con vos? ¿Cómo hacés para atender todo? Esto de las cartas. ¿Vos leés cada carta?
Juan Botana: No leo todas las cartas, pero leo muchas. Sí, no, lo hago yo.
Nancy Díez: ¿No tenés un secretario, una secretaria, alguien que te ayuda? (Nancy)
Juan Botana: No, no. Lo que pasa es que hay ciertas alianza en cada situación. Cuando acuerda, por ejemplo el domingo y de paso aviso. Voy a presentar el libro Sin ojos que los miren, acá, en el Americanista a las 17. Yo convoco a otra gente. Cuando yo pido el lugar o tengo la suerte que nos dan el lugar participan otros. La municipalidad, el Americanista, Hugo Bento. Hay un montón de cosas que no están dadas por mí. Yo pongo el libro y eso. Y después yo convoco a otra gente que le pido que lea, que le pido que haga otras cosas. Esas pequeñas alianzas son las que me permiten hacer. En el tema de Carta abierta la hago con amigo que es el que hace la parte técnica, tiene el servidor y hace páginas web. Yo hago el contenido, pero el que la pone en funcionamiento es él. Después los textos, sí, yo los miro. Cuando hay más tiempo aparecerán más publicaciones. Cuando hay menos tiempo aparecen menos publicaciones.
Nancy Díez: Pero esto te apasiona.
Juan Botana: Ya agarré cancha. Seguramente, no te digo que me volví profesional, pero lo hago rápido. Lo que pasa es que busco. Cuando vos me decías fuera del aire si hago muchas cosas y yo te decía: “Son las mismas que las muestro muchas veces”. A lo mejor es la misma presentación del libro. Voy a diez lugares y lo presento en diez lugares. Cada presentación va a ser distinta porque la gente que viene no es la misma, porque yo la cambio, porque se da distinto. Pero trabajo con la improvisación, con lo que pasa en el momento. María Cecilia que vino varias veces sabe. No es que tengo nada armado. Hago la presentación y después uso la gente. Tengo cierta cancha…
Nancy Díez: Sos un buen anfitrión. Enseguida hacés que la gente se sienta cómoda también. Y por eso la gente te sigue.
Juan Botana: Eso no sé…
Nancy Díez: Porque no te conocen realmente… María Cecilia Marsili: Porque no se pone en el pedestal. Es lo que decía antes el convoca. Presenta su libro y convoca a narradoras que lean o gente del público. Entonces uno no viene sólo como espectador. Está dentro de Sin ojos que los miren.
Juan Botana: Yo trato de hacerlos parte. Una porque yo no me animo a tanto y además sería un plomo. Uno solo.
María Cecilia Marsili: No digo por vos, pero suele pasar en algunas presentaciones. Nancy Díez: Esa formalidad. María Cecilia Marsili: Ese salón de universidad como hace muchísimas años. El autor ahí, presentando y el resto allá. En cambio, lo de Juan es más interactivo.
Juan Botana: La idea es que sea circular. Por lo menos esa es mi intención. Como les decía antes, que la gente rote. En la posición, en la situación, en el protagonismo. Hay gente que se lleva el espacio un día, porque tuvo carisma, porque funcionó. O hizo de un texto mío algo distinto o trajo un texto de él o lo mezcló. Y está bien. La idea es que aparezca lo que tiene que aparecer, digamos.
Nancy Díez: Está muy bueno. En esta cosa de libertad y que tenga que aparecer. También estás sembrando conciencia. Uno pensaba a mí me pasó con esto de la exposición de los cuadros. Que alguien me haya llamado y me haya dicho: “ahora quiero aprender pintura”. Ya es un montón que a alguien les hayas metido esa semillita, digo yo. Esa sensibilidad que seguramente la tenía y vivo algo y le gustó. Lo mismo lo de la poesía, las cartas. Yo pensaba las cartas. Hay un mundo con las cartas que es tan inmenso en todos los ámbitos. Porque uno que hace radio hace roto. Hoy traje una carta que creo se la dedicaron a Liz Taylor. Y yo decía es un mundo enorme. ¿Porque quién no ha escrito una carta? De adolescente, de grande, de chico, de despedida, de bienvenida y es parte de la vida.
Juan Botana: Son géneros más masivos.
María Cecilia Marsili: Hace unos años la única manera de comunicarte era esa. Nancy Díez: Y era una carta que la llevaban en esa época en una carreta. Qué sé yo. Tremendo. Y esta bueno que no se pierda. María Cecilia Marsili: Es lindo, es lindo. Nosotros… Había una promoción del Correo Argentino cuando estuve de vacaciones, un trailer, y te regalaban una postal, vos la escribías y ellos te la mandaban. La sorpresa de mis hijos porque por la edad haber recibido una postal. Porque ellos se libraron de la fila en Telefónica para llamar y en el correo. Y mis vecinos que tienen 10 años para ellos fue más novedoso todavía que alguien les mande una postal. Por lo que debería seguir eso. Es otra cosa al mensaje.
Juan Botana: Sí, seguro. Son formatos interesantes que a lo mejor nosotros rescatamos por edad. Nos gusta.
Nancy Díez: Sí. A lo mejor los chicos ahora escriben poco o en las redes.
Juan Botana: Escriben pero en otros formatos.
Nancy Díez: Pero está bueno rescatar esos lugares y me parece que es ese tu éxito. Aunque digas que no es ese tu éxito. De juntar distintas edades, distintas profesiones. ¿Vos lo dejás librado al azar?
Juan Botana: Sí.
Nancy Díez: Por eso funciona.
Juan Botana: Yo uso sobre lo que hay. Yo trabajo con lo que aparece. Nunca sé quienes van a venir. A algunos les digo, vení. A veces te contestan y a veces no. Pero no sé bien quienes van a venir y tampoco me preocupa. Y me da lo mismo que seamos diez o seamos trescientos. Y en el Botánico un día fuimos trescientos.
Nancy Díez: Que impresionante.
Juan Botana: En las Sade Nacional un día entramos a las 7 de la tarde y salimos a las 12 de la noche. Y pasaban y pasaban y pasaban.
Nancy Díez: Qué bárbaro.
Juan Botana: Pero ese fenómeno se dio antes de la pandemia. Después de la pandemia cambió, porque con las cosas masivas hay cierto resquemor. Por eso yo había agarrado el Botánico en ese momento porque me permitía… El lugar que elegís condiciona mucho. Es decir, hay lugares que son más propensos a algunas cosas, que sirven más, pero también en ese momento un lugar al aire libre era lo ideal. Lo que se podía hacer.
María Cecilia Marsili: Aparte darle un plus, otra significación al Jardín Botánico porque si no era como un lugar chato, como que lindas las plantas, daba una visita pero no se encontraba mucho más. Y ahora es ese paseo hermoso, ese pulmón y además literario. Con esa posibilidad de participar, de escuchar.
Juan Botana: Sí y yo le recomiendo a los que le gusta hacer eventos o quieren participar o mostrar lo que hacen. Que busquen en lugares públicos, que te los tienen que dar. Hay muchos que te los dan generosamente como acá en Lomas que están re contra bien armados culturalmente. Pero el Botánico es un espacio público. Lo pueden pedir. Lo que pasa que la gente no sabe que lo puede pedir.
María Cecilia Marsili: Uno también desconoce y uno también va por la presentación, por la motivación de encontrar esa otra actividad u una actividad dentro del Botánico…
Juan Botana: Muchas veces no quieren prestar esos lugares porque son lugares de resguardo, de protección de plantas. Por eso te dan la casona donde vivió Thays adelante. No es que te dan cualquier lugar del Jardín Botánico. Te dan lugares específicos. El parque es muy grande. Lo mismo podría ser el Parque de Lomas o el Finky o donde fuere. O la Plaza Grigera, que de hecho lo hacen. Pero me refiero a la gente que no lo hace porque cree que no se permite.
Nancy Díez: Porque cree que no se permite.
Juan Botana: De todas maneras cuando ves que otro lo hace te animás, como el caso tuyo de la pintura. Probablemente nosotros seamos gente más accesibles, más común. Si van a vera a Pedro Mairal, piensen que Pedro Mairal no les va a dar pelota. Digo Pedro Mairal por decir uno que está más o menos de moda. O Mariana Enríquez, que es más o menos conocida. Digo por algunos que emergen ahora más que otros. Probablemente nosotros seamos mucho más cercanos y está bien.
Nancy Díez: El animarse. Esto de romper, si querés mostrar, a lo sumo te van a decir que no.
Juan Botana: El arte, la escritura y demás hay mucho de gusto. Es muy subjetivo. Pasa lo mismo en la música. Yo que tengo o sé más de grupos de rock. Grupos que a lo mejor fueron malos pero hicieron un hit y quedó en la memoria de mucha gente. Con la poesía puede pasar lo mismo. Hay gente que hace un poema maravilloso y no sé si lo puede reproducir. Yo hice un ensayo sobre Pedro Lemebel y analizo a Néstor Perlongher. Perlongher tiene un poema que se llama Cadáveres que es una maravilla. Quizás uno de los mejores poemas que leí y no tiene un poemario interesante. Vos leés otros poemas y decís cómo hizo este poema y los demás no le van a salir igual.
Nancy Díez: ¿Néstor Perlongher? Yo no lo conocía. María Cecilia Marsili: Yo tampoco. Que la gente lo busque.
Juan Botana: Es un poema muy conocido en los 70 pero que además pedía ciertas libertades desde los cuerpos para no meternos con el tema hetero-homo que ya es medio salame. Y la idea ahora es hoy de 18 a 19 voy a empezar un taller de escritura en Lanús. Donde está el MACU que es el espacio que está detrás del Macsur, 25 de Mayo 131.
Nancy Díez: ¿Cerca de la estación?
Juan Botana: A una cuadra y media de Hipólito Yrigoyen o Pavón y 25 de Mayo. Ahí hicieron un espacio con containers que se llama MACU. Hace rato me ofrecieron la posibilidad de hacer un taller y yo por h o por b tardé en poder el horario de trabajo y otras actividades, y ahora pude. Pusieron el cupo de 12 personas y se llenó en una tarde. Y eso me pone contento. De las cuales conozco a dos. Eso quiere decir que el Municipio de Lanús convocó y llevó gente. Yo estoy acostumbrado a llevar la gente yo. Después si vienen dos o tres de otro lado agradezco, pero yo sé que hay que remar. Y vamos a ver si podemos dar alguna técnica para…
Nancy Díez: Eso. Eso. ¿De qué se trata el curso? Vas a dar escritura…
Juan Botana: Escritura. El curso se llama Taller de literatura para adultos. La idea es mostrar a determinados textos y a determinados autores. Ejemplos. Para que traten de hacer algo parecido. Yo recomiendo cuando se hace poesía. Leer, leer poesía. Tomar algunas poesía como ejemplo y tratar de hacer algo parecido. Lo digo simple. Cuando es una carta lo mismo. Como la que vos mencionabas a Liz Taylor. Hay una muy conocida de Pedro Lemebel a Liz Taylor. Pero hay otra. Muchísimas. Cuando querés hacer una novela corta tomar como ejemplo alguna y tratar de hacer algo parecido. Cuando digo hacer algo parecido me refiero a cómo empieza la historia, que cosas utiliza cuando empieza. Si es una anécdota, un recuerdo, o una frase, una afirmación, una sensación. Cómo la termina, cómo la puede desarrollar, si usa diálogos, no usa diálogos, formas de avanzar que permiten o dan cierta facilidad. Cuando usás ciertos conocimientos de algún tema que vos conocés. El que es médico de medicina y demás, facilita. Cuando digo conocimientos no tiene que hablar de los huesos, si no de alguna concepción que el conozca. El que es religioso tiene alguna forma de ver el mundo. El que es médico tiene alguna forma de ver el mundo distinta que otro. El que escribe tiene alguna forma de ver el mundo diferente. Esa hay que ponerla a jugar. Esa teoría hay que ponerla a jugar en el texto. No para hacer el poema de tu vida o el cuento de tu vida, pero si para tratar de decir algo más. Porque si no no sabés para dónde vas. A veces son descripciones. Es muy clásico el tema de la meta descripción de google. Hoy día viste que todos quieren posicionar y demás. Entonces cuando vos ponés el título y te pide una meta descripción y si vos ponés un poema, google te lo pone automáticamente arriba, porque son absolutamente descripciones. Para google funcionaría. Como poema habría que tirarlo porque no sirve. Esta bien una descripción, una parte. Todo eso habría que desarrollarlo. La idea es con ejemplos en el taller: ejercitar, ejercitar, ejercitar. Y ver que no sale.
Nancy Díez: Uy, que lindo. María Cecilia Marsili: Y leer, leer, leer.
Juan Botana: No sé si leer tanto, pero sí leer bien.
María Cecilia Marsili: Roberto Ferro dice que uno escribre como lee.
Juan Botana: No sé si como lee, pero sí a los que lee.
Maria Cecilia Marsilli: Como si uno no lee le va a costar más escribir después.
Juan Botana: Sí. Tampoco leer todo de todos lados. Si vos sos lector, leé lo que tengas ganas. Si querés escribir, está bien que tomes un modelo. Si te gustan los cuentos de Cortázar, agarrá los cuentos de Cortázar y leete varios cuentos de Cortázar y tratá de que ese sonido, esa forma de narrar te quede. Y después la puedas repetir. No usando los mismos temas. Si Cortázar habla del perro, bueno vos hablá de tu gato o del gato de enfrente. Imitando alguna forma. Después vas a ir poniendo la tuya. Pero no todos escriben y ya tienen… Es muy difícil tener un estilo la primera vez. Además no saben, le salen tres cosas diferentes. Si alguien que te gusta, seguile el estilo. Como les decía, yo estuve mucho tiempo haciendo investigación social o demás y quería contar determinadas cuestiones sociales. Yo dejo la facultad y después vuelvo a la facultad y termino la carrera. Cuando termino la carrera conozco a Osvaldo Bairgorria. Osvaldo Baigorria es un escritor y docente de la Universidad de Buenos Aires. En la Universidad de Buenos Aires en la carrera de comunicación en la orientación de periodismo hay dos líneas, por así decir, o había ese momento. Ahora creo que no está más. Una es Campolongo, el otro era Baigorria. Campolongo más ligado a la información periodística, el producto periodístico, el dato periodístico. Baigorria no. Otra cosa. Un tipo medio anarquista. Trabaja en el Estado. Podemos discutir lo de anarquista. No importa eso. No nos vamos a meter en su cuestión personal y en su militancia, pero más volvado a la crónica. Cierta crónica romántica, latinoamericana y demás, y hablaba de estos autores. Perlongher y de Lemebel. Yo hice una tesis sobre Lemebel y fui a verlo un año antes que el muera al Malba y pude hablar y demás. Y había cierta narración, que cuando yo empecé a leer a Lemebel que no conocía. Lemebel habla sobre la homosexualidad y la dictadura en Chile. Si vos le sacás el tema. Si tenés la habilidad y no te choca, porque hay gente que dice este tema yo no lo leo. Le podés sacar esa cuestión, para mi tiene una matriz perfecta para enseñar a escribir a alguien. En el taller vamos a ver crónicas de Lemebel porque a mi me interesa. Después propondran otras y dirán a mi me gusta Caparrós o a mi me gusta el que sea y lo vamos a utilizar. Vamos a utilizar lo que sirva, no lo que yo quiero. Como en los festivales o en las presentaciones, no hago lo que yo quiero, hago lo que pasa. Yo tengo alguna idea. Voy para acá, para allá, pero tengo diez variantes. Bueno. Acá lo mismo. Pero me parece que si leen a Pedro Lemebel. Tiene 10 libros, tampoco tiene tantos. Enseña una forma de narrar que para el que no narra, le va a ser fácil. Y para ustedes que a lo mejor son narradoras, tiene un lenguaje hablado que te ayuda a decir. Ustedes ya tienen la técnica, pero el que no la tiene y quiere narrar… No siempre te aporta. Hay textos que son muy difíciles pasarlos a la narración. Hay otros que no porque son como cuentitos. Cuentitos no con lo que tiene que tener un cuento para ser un cuento. Si no que parece que te lo estuvieran diciendo al oído. Entonces a vos te lo hace más fácil. Ustedes tienen que lograr esa habilidad y hacer que parezca y entonces vos decís mirá que bien. Cuantos textos hay que dice mucho más la que lo narra que el texto en sí. Le encontró una vuelta. Cuando escuchás ese sonido.