A 18 años de la masacre, sobrevivientes y familiares destacaron el aspecto social de la tragedia
Para las 18 horas, en una pantalla ubicada sobre el escenario en la avenida Diagonal Norte, a pocos metros del Obelisco, pasan por orden alfabético los nombres de los 194 muertos en la tragedia de Cromañón. La multitud comienza a cantar “Rocanroles Sin Destino”, de la banda Callejeros, termina y en la pantalla siguen los nombres uno tras otro. Tres temas en total llegan a cantar, hasta que finalmente pasa el último nombre y en los parlantes se escucha una voz: “Los pibes de Cromañón”, que fue respondida con cientos de voces: “presentes”.
Las actividades duraron dos días seguidos, en distintos puntos de la Ciudad. El jueves 29 y el viernes 30 de diciembre se trajo de nuevo a la memoria la tragedia evitable que se dio en 2004 en un recital dado por la banda Callejeros en el boliche República Cromañón, en el barrio de Balvanera.
El número 194, que cuenta el total de almas que esa noche no pudieron salir del lugar porque la puerta de emergencia estaba bloqueada, se repite en cada uno de los carteles, remeras y banderas. Pero también los más de 1500 lesionados, los sobrevivientes y sus familias son reconocidos como víctimas de esa fatídica noche. “Los chicos, “los pibes”, se escucha una y otra vez.
Es que pasaron 18 años, los mismos que tenía Julián, el hijo de Silvia Bignami, referente del Movimiento Cromañón. “La lucha es una forma de elaboración para mi forma de pensar. Si me quedo sentada en mi casa llorando es muy probable que me envenene”. “Decidimos juntarnos en estas fechas con otras víctimas que sienten que el camino es la lucha colectiva“, explicó la mujer, que en la Plaza de Mayo estuvo acompañada de la hermana de Luciano Arruga y sobrevivientes y familiares de víctimas, tanto de Cromañón como del supermercado paraguayo Ycuá Bolaño, que se encontraron en “Experiencias con Espacios de la Memoria”.
En el mismo lugar se leyó un documento a las 19 antes de dar inicio a la marcha hacia el santuario, donde tuvo lugar el acto central, a las 20 horas. Uno de los puntos salientes del texto fue el reclamo a la Justicia: “Después de 18 años, no entendemos que la justicia aún no haya resuelto gran parte de los juicios civiles. El Poder Judicial ha demostrado su gran capacidad para dilatar procesos y obstaculizar cada reclamo. Lejos de impartir justicia, termina revictimizándonos una y otra vez. ¡Exigimos celeridad y cumplimiento de las sentencias de los juicios civiles, ya!”.
En Bartolomé Mitre y Ecuador se inauguró el evento “Arte y Memoria”, que incluyó muestras de mosaiquismo, muralismo y fotografías. Silvia López, integrante de Mosaico Urgente, dijo: “Cada 30 de diciembre se nos agolpan la bronca y la tristeza, pero este aniversario nos encuentra con la posibilidad de acompañar a quienes cada día, desde hace 18 años, han mantenido presentes a las víctimas de esta masacre, recordando quiénes eran, su voz, su mirada, sus sueños y acompañando a las madres, a las familias, a los y las sobrevivientes”.
En el Obelisco, para las 18.45, Patricio Fontanet subió a cantar “Normal”, con su banda Don Osvaldo. “Desde aquel 30 de diciembre estamos todos en igualdad de condiciones, con la diferencia que ellos estaban arriba del escenario”, sostuvo Javier García, sobreviviente e integrante de No Nos Cuenten Cromañón. Y agregó: “Todos estábamos perdiendo familiares y amigos. Esa noche fuimos todos víctimas de la ausencia del Estado”. Pasaron 13 años desde que la justicia, en 2009, condenara al gerenciador del local Omar Chabán, al manager de la banda Diego Argañaraz, al subcomisario Carlos Díaz, al coordinador general del boliche Raúl Villarreal y a las funcionarias Fabiana Fiszbin y Ana María Fernández. Y hace once que Casación atenuó las calificaciones de incendio doloso a culposo –y achacó esa misma figura a los integrantes de Callejeros–; y de incumplimiento a omisión de los deberes de funcionario público.
Luego de que se sancionara la ley nacional 27.695 de expropiación del local Cromañón, el 27 de octubre último, para poder crear un sitio de la memoria, las divisiones que hubo en los últimos años entre los distintos grupos empiezan a cerrarse. En eso todos afirman estar de acuerdo: “Queremos ese espacio para recordar. En la Justicia no vamos a cambiar lo que pasó, pero necesitamos recordar. Que chicos que ni siquiera habían nacido en ese entonces puedan estar acá presentes y sepan lo que pasó, es importante. Esto que hacemos es importante“, remarcó García. “Le escribimos a Alberto una carta, que le entregamos, donde le pedimos que se ponga las pilas”,afirmó Bignami. “Once tiene que ser un lugar seguro para las pibas y pibes. Todos sabemos lo que pasa con los espacios abandonados, queremos que nos llamen al diálogo para discutir qué hacer y cómo hacerlo. Creemos que la frase ‘el Estado es Responsable’ habla también de las políticas de reparación, y esperamos que estén a la altura este y todos los presidentes que vengan”. “No es un festival, no festejamos. Celebramos y recordamos”, se repetía una y otra vez, aunque el clima era de alegría. “No nos van a arrancar la sonrisa”, aseveraron los organizadores al público que cantaba enardecido.
El acto en el Obelisco siguió con las presentaciones Peteco Carabajal, Peligrosos inocentes, Dj Coneja China y Ojos Locos, que tocó de telonero en Cromañón la noche del 30 de diciembre de 2004. También hubo un mensaje que envió la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
Fuente: Página 12