Raquel Rocha Castro
11 de septiembre de 2022
Hidalgo de Parral Chihuahua.
A mi madre:
Estoy en el ocaso de mi vida, a mi mente llega tu imagen madre querida y aunque no
estas físicamente conmigo, te digo mama, que valoro todo lo que hiciste por mí y toda la
familia, pero en especial por mí. Mi niñez siempre fue a tu lado, recuerdo de niña ir todos
los días al mercado, verte regatear con los puesteros, tenías siete bocas que alimentar, ya
que mi padre te había dejado viuda a la temprana edad de 42 años.
Al morir mi padre, yo no recuerdo que algo nos faltara, supiste llenar ese hueco, pasaste
por el dolor de perder tu hijo varón, quien murió a la temprana edad de 23 años cuando
apenas su vida comenzaba como profesionista y con un gran futuro, a todos nos sacaste
adelante, nos diste educación, principios y valores.
Cierro mis ojos y te veo haciendo riquísimos guisos como tu sopa de arroz, el caldo de
tomate con aquellas bolitas de masa y queso, era una delicia,
Nos inculcaste el sentido de lo que es la navidad, lo importante que era la familia y para
esas fechas nos decorabas un hermoso árbol de navidad, ¡ha tenía que ser natural!, lo
decorabas hermoso con unas luces de figuras que habías traído de el Paso, lleno de esferas
de todos colores, no podía faltar el pelo de ángel, en la ventana se colgaba aquella corona
roja con una velita que se veía subía agua de color.
Preparar la cena era algo especial, desde emborrachar el cócono matarlo y prepararlo,
era todo un ritual, la familia era sagrada, mis hermanos que vivían en otro lugar, siempre
asistieron, de modo que tenía casa llena.
Te quedaste sola en tu casa, las cosas empezaron a cambiar, se te notaba cansada,
aquella persona que jugaba todos los días a las cartas, que siempre tenía compromisos
sociales, ya no estaba, decidí que alguien que además de ayudarte en la casa, estuviera de
noche y día contigo.
Comías conmigo todos los días, comenzaste a pelear con la empleada y yo me enojaba,
diciendo. – que te habías vuelto muy grosera, porque necia siempre fuiste.
Le hablaba a Mundo, que era mi hermano y me quejaba de todo lo que hacías, que tenías
muy mal carácter, que tratabas mal a las empleadas, habías cambiado por completo.
Me quejaba con mis hermanos, cada día está peor, las empleadas se van, a lo que mi
hermano me decía. – Si es tan necia y no aguanta a las personas que están con ella déjala
sola, cosa que nunca hice.
No sé en qué momento supe que lo que tu tenías era lo que llaman demencia senil, que
tonta fui, cuanto te regañe, me exasperaba que se te olvidaran las cosas como el de perder a
llave de tu casa, tu dentadura la escondías tan bien que no recordabas donde la habías
puesto, el monedero se te perdía, el valor del dinero ya no lo entendías.
Por fin alguien, que tu aceptaras encontré, se llamaba Olga, quien te cuidaba con mucha
paciencia y te trataba con mucho cuidado, te daba los cuidados que necesitabas.
Ya no podías valerte por ti misma, salías a la calle y te desubicabas, ya no podías andar
en la calle como a ti te gustaba, usar pañal no tolerabas, pero tenías que hacerlo, tu mente
divagaba, ya comías en tu casa, te bañaban, te vestían, comenzaste a no querer hablar, ya no
podías caminar.
Todos los días te visitaba y comencé hacer lo que nunca había hecho, te dije cuanto te
quería, te daba besos, hoy me doy cuenta que, porque no lo hice antes, el tiempo se fue y tu
postrada en esa silla de ruedas, siempre muy arregladita bien cuidada, decidí que tenías que
estar en mi casa y así fue hasta tus últimos días.
Hoy te pido perdón, por todo lo que no pude hacer por ti y le pido a Dios que hoy que
estoy al igual que tú, en el ocaso de mi vida, me dé el don de la sabiduría para saber llevar
el paso de los años, que cada vez lo siento más.
Madre mía, no te olvidare nunca y agradezco a dios que tu hayas sido mi mama, la
fuerza que tuviste para sacarnos adelante, tú fuiste el pilar de nuestra familia, aunque ya son
muchos años sin ti, tu ausencia me duele y no hay día que no te recuerde, por tus
ocurrencias, tus dichos y aunque no eres persona que te gustara manifestar tus sentimientos,
sé que me amaste mucho, como yo lo hice.
Con mi amor hasta el cielo.
Tu hija
Raquel
Desde Hidalgo de Parral, Chihuahua, México