Hidalgo del Parral Chihuahua, 8 de agosto del 2022
Estimados habitantes del mundo:
Me dirijo a ustedes con el fin de hacer una breve semblanza por la evolución y desarrollo de la humanidad a partir del año que empezó su conteo, específicamente, del siglo pasado y el presente, que es donde hemos tenido la suerte de coincidir. Esta última palabra, me remite a una canción que lleva ese mismo título, compuesta por el mexicano Juan Alberto Escobar Zúñiga, quien imprimió en su sentir los significados y coincidencias de la vida, que permiten a quien la escucha, sentirse identificado con su letra y vibrar al unísono con su armonía musical.
Puede parecer raro que me dirija a ustedes, incluso pensar que somos extraños, poniendo en tela de juicio el motivo de esta misiva, pero es importante que conozcan su contenido, lo reflexionen y analicen detenidamente, y, en medio de esa pausa, reconocer que tan profunda es su huella dejada en el camino, así como el sendero transitado por otros para construir este mundo que habitan.
Muchos han tratado de descifrar mi esencia, artistas de diversos géneros intentan explicar mis características; he sido testigo presencial de acontecimientos provocados por el poder, el descuido, llamadas de alerta de la naturaleza, de virus invisibles que se convierten en enemigos mortales; el hombre aprendió a medirme por la aparición del día y la noche, las estaciones del año y una secuencia de sucesos que traigo en esta misiva a colación.
Grandes pensadores siguen viviendo a través de sus aportaciones, filósofos que utilizaron la observación como punto de partida, el sentido común y el conocimiento como fuente de sabiduría.
El predominio del hombre sobre el hombre, las castas, el poder, ostentado en gran escala por la iglesia, que promulgó valores fundamentales, basados en la necesidad espiritual del hombre, pero no solo se enfocaron en el amor, sino que se convirtieron en anti-valores al basarse en el temor y castigo por no seguir los preceptos estipulados. Santo Tomás de Aquino, considerado como el doctor de la iglesia, concertó en su obra “Suma Teológica” (1485) la pena de muerte.
500 años de oscuridad, cacería de brujas, se inventaron los más crueles artefactos para someter el raciocinio y voluntad, no había acceso al conocimiento por lo que predominaba el miedo y la ignorancia. Condiciones que al ser amalgamadas con la pobreza y falta de salubridad desataron epidemias, guerras y hambrunas.
Es en este contexto donde se desarrolla la monarquía, justificada desde tiempos remotos como un poder heredado por mandato divino, el Rey, figura que encarna el Jefe de Estado, de forma vitalicia y hereditaria. Castillos, caballeros, ejército, tributos, atropellos, lujos exagerados contra pobreza extrema, conquistas de territorio y el poder unido a la iglesia como base de la sociedad, donde todo se explicaba con la teoría geocéntrica, por lo que se promovió el concepto de culpa, purgatorio, pecados y en nombre de Dios se cometieron las peores barbaries. El monarca repartió sus feudos entre la nobleza o señores feudales; dos clases predominantes: nobleza y campesinos siervos, que trabajaban sin percibir remuneración alguna.
Es importante recalcar que nada es estático, el cambio ha sido, es y será una constante; el hombre ha utilizado el sistema de categorización, otorgándole un nombre, hacer visibles las diferencias y separar. Llega el renacimiento, con características distintivas como la secularización, el humanismo, el arte como conocimiento y la curiosidad científica.
Surgen en ese momento figuras destacadas dentro de los ámbitos científicos, artísticos, literarios y culturales: Galileo Galilei, Leonardo Da Vinci, Gutenberg, entre otros. Al paso de los años el cuidado de la salud fue adquiriendo otra visión, el médico Edward Jenner desarrolló la primera vacuna en 1796 y abrió un campo de investigación para tratar las enfermedades desde antes de su aparición, siendo la prevención la mejor forma de esquivarlas.
De acuerdo a la historia el régimen que sigue del feudalismo es el capitalismo, sin embargo, el esclavismo siguió predominando por diversos continentes y países, feroz explotación auspiciada por la fuerza coercitiva del estado, sobajando la condición de la raza de color y atropellando los derechos elementales del ser humano. Ante las injusticias, nacen los héroes, hombres y mujeres con una mentalidad y visión distinta que dieron un giro a la historia. Abraham Lincoln, Nelson Mandela, Martin Luther King, por nombrar algunos, y otros más que siguen levantando la voz por los oprimidos: Mahatma Gandhi, Rigoberta Menchú y madre Teresa de Calcuta.
En lo que concierne a los derechos inalienables, cada nación es parte de una conquista, con la fusión de culturas, la imposición de ideas, religión leyes y formas de vida, pero al lograr su emancipación libertaria, sentaron las bases legislativas en la carta magna, que diera rumbo al crecimiento y convivencia entre los miembros de la sociedad.
El hambre de poder fue el factor detonante de la primera guerra mundial, cuyo costo en vidas fue muy alto; por mi condición indetenible de dimensiones espaciales, pude presenciar el horror y sufrimiento causado y en menos de tres décadas, se repite el evento, una segunda guerra más avasalladora y contundente, con armas como la bomba atómica que destruyó Hiroshima y Nagasaki en Japón; la guerra de Vietnam, hechos que siguen presentándose en la actualidad, tales como los enfrentamientos constantes en Israel, Palestina, Camerún, Etiopía, Mozambique, Afganistán, Nigeria, Siria, entro otros, lugares en que los bombardeos son una constante, la violencia, el miedo, la migración, guerrilleros y pandillas florecen por doquier.
Sin olvidar mencionar al hombre que quiso una nación de sangre pura, y que tuvo el poder de arrastrar a las masas, convenciéndolos de que la meta a lograr era el exterminio de esa población, para ir construyendo el camino hacia una nación fuerte y poderosa.
Una tercera guerra llegó a azotar al mundo en 2019, esta no ha utilizado balas, cañones ni armamentos nucleares para destruir, su vehículo fue la utilización de un virus que lleva varias mutaciones y avanza por el mundo destruyendo salud y vida.
Reconozco que estos últimos tiempos han sido de gran avance científico y tecnológico, el hombre alcanzó la luna dando “un pequeño paso en el espacio, «como dijo Armstrong», pero un gran salto para la humanidad”; las computadoras y la virtualidad son parte inherente del ser y hacer, cotidiano, los descubrimientos y avances en todas las ramas corren vertiginosamente; pero observo, que la riqueza se concentra en pocas manos y la pobreza sigue acrecentándose como una mancha urbana que muestra la desigualdad e inequidad de oportunidades.
Gobernantes que hacen de la democracia un negocio particular con enriquecimiento a consta del pueblo, empresarios que están afectando al medio ambiente, conciencias adormecidas, violencia imperante en todas sus manifestaciones, miles de refugiados pidiendo asilo, exterminio de especies, drogadicción, narcotráfico, trata de blancas, pedófilos, analfabetismo moral y una serie de anomalías que muestran un lado destructivo donde prevalece el enfrentamiento del hombre contra sí mismo y contra la humanidad.
Solo soy un espectador pasivo, he observado la caída de grandes imperios, la evolución, masacres, batallas ganadas y perdidas; el que algunas personas no hayan aprovechado la coexistencia mutua, despilfarrando minutos y horas de ese regalo diario que es la vida.
Pudiera seguir enumerando y describiendo múltiples eventos, en todos y cada uno juego un papel crucial, mi rol es de narrador intradiegético, y utilizo este medio para expresar mi sentir y llegar a la conciencia colectiva de la humanidad.
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