Como autora, mi tendencia a la brevedad es obvia. Sin embargo, tal preferencia no se verifica en mi actitud como lectora: leo novelas, amo los relatos y ensayos.
Es que, segĆŗn creo, la extensiĆ³n de un texto literario no es una dimensiĆ³n que pueda medirse por la cantidad de palabras que lo conforman. SegĆŗn afirma Umberto Eco, en Obra Abierta: āLa teorĆa de la informaciĆ³n tiende a medir la cantidad de informaciĆ³n contenida en un mensajeā. En suma āy para no adentrarme en ese vĆ©rtigo teĆ³ricoā, dirĆ© que un texto de dos pĆ”ginas puede ser muy extenso comparado con la ābrevedadā de Rayuela.
Hay seguramente otras razones que determinan la tendencia a la economĆa de palabras y pĆ”ginas que se verifica en nuestros dĆas. McLuhan afirma que: āel medio es el mensajeā. En tal sentido, la llegada de las nuevas tecnologĆas construyĆ³, por cierto, un lector āy un escritorā mĆ”s impaciente y apegado a lo corto. QuizĆ” el āemojiā sea el epĆtome de ese fenĆ³meno.
Es posible imaginar razones mĆ”s remotas āy mĆ”s paulatinasā para la brevedad imperante. En la actualidad, el trĆ”fico de imĆ”genes es incesante y enormemente rico. Imagino que un escritor āpretecnolĆ³gicoā necesitaba mĆ”s extensiĆ³n para describir seres, Ć”mbitos, paisajes y objetos, cuya sola menciĆ³n hoy nos basta para evocarlos, porque ya los ātenemos vistosā.
ĀæEstamos siendo testigos de una nueva etapa literaria marcada por la rapidez de las tecnologĆas?
Brillante la artista Natalia G. Mendoza en este breve artĆculo, tan brillante como en sus dos obras literarias ya publicadas, Los Bares del Diablo e Historias MĆnimas, unas historias que ademĆ”s de leerse, se palpan y se huelen.
QuĆ© potencia y que capacidad de sĆntesis para descolocarte y dejarte KO por su honestidad literaria al describirte de un modo ligero como el aire, uno tan denso como un rayo que en realidad te puede llegar a cortar en dos mitades cuĆ”l espada lĆ”ser y dejarte en medio de la nada con el culo al aire.
Totalmente de acuerdo, Michel. Gracias por tu comentario.