La oscuridad flor de pétalos abiertos al verso
recorre el perfil de una sombra iluminada.
Empecinada en ser párpado clavado
en el abismo perdido de un mundo
de estrellas sin cielo.
Derramo silencio.
Cierro los ojos.
Borro el mandato de lo correcto.
Templo el momento en el arrullo
de nanas sin otros.
Convulsiono sola por dentro.
Sentirme.
Olvidarme de pasos
que resuenan a cuchillo
cortando el suspiro,
y recibirme con amor.
Luego ya, subir la persiana.
Ser luz en la oscuridad.
Una misma cosa.
Consuelo Jiménez
De “Palabra duende sin final” (Ed. Sunya)