Mayra baja del colectivo y repentinamente un joven la mira y le pregunta dónde va, ella se sorprende, pero queda atónita ante la calidez de su expresión, y le responde que se dirige a la zona de Pompeya.
Ella es una profesional, que la pelea día a día con sus clientes, la mayoría empresas, ya que es auditora contable, recayendo la responsabilidad de mantener a su familia.
Emocionalmente estaba muy sola, sus días pasaban en el estudio hasta tarde, y al llegar a su casa, tenía que desempeñar el rol de mamá, que la hacía muy feliz y se sentía plena ante el amor de sus dos pequeños hijos.
Ese día no entendía lo que le estaba pasando y se dejó llevar por esa locura desenfrenada, sin saber cómo sería el fin de esa odisea.
Así es que empiezan a caminar, pasan por Pompeya, pero no se detienen, continúan ese peregrinaje sin saber cuál sería el lugar de destino, transcurriendo muchas horas.
Ese joven, era muy distinto a Mayra, parecía incomprensible el viaje que emprendieron, pero a veces, la vida nos atrapa, dejando por un momento la vorágine cotidiana, sin encontrar respuestasa las conductas humanas.
Fabián parece un caminante incansable, conversan poco, pero sus miradas se entrecruzan con mucha pasión —dime ¿dónde me llevas? —pregunta Mayra, no conozco este lugar, es desértico, los montículos de tierra y las personas que veo me abruman, continúa diciendo, —es mi mundo ¿no te gusta?, te siento tan cerca como si nos conociéramos de años —responde él. —Me siento extraña, pero quiero estar con vos, ¿qué me pasa?, ¿dónde estoy?, ¿dónde vamos? me desconozco —dice Mayra. —No preguntes, déjate llevar, ¿te sentís bien a mi lado? —Sí,pero estoy confundida, igual me hace bien estar con vos.
Siguen caminando, se detienen en un banco, había un bolsodebajo tapado con una rama, Fabián se cambia la camisa, toma agua, se perfuma, ella lo observa, mientras él fuma un porro, la toma de la mano, vuelven a caminar iluminados por la luna llena, se sientan cerca de un arroyo e intentan acercar sus cuerpos, ella en la distancia lo siente encima, él en silencio le da calor a sus manos, produciendo en ella una vibración incontrolable, que desea besarlo, pero se alejan los labios, quiere tocar su cuerpo, pero no puede, sus manos no llegan a acariciar su torso.
En el corto diálogo que mantienen, él le cuenta que vive en la calle, que era adicto a las drogas, que está sólo y que ese era su mundo. Ella lo escucha y le produce ternura su relato, pero no le salen las palabras, sólo tiene sensaciones, que la motivan a lo sexual, que necesitapercibir, pero a la vez, siente que él se alejara al querer abrazarlo, y entonces, desea gritar para que se aproximen los cuerpos, pero la tormenta que se desata con muchos relámpagos y copiosa lluvia, hace que sus cabelleras goteen burbujas de agua sobre vuestros rostros y esas manos húmedas se van soltando y es cómo que se desdibuja la imagen de ambos y por más que lollama —Fabián no te veo ¿dónde estás?, escucha a lo lejos —¡Mayra, Mayra, no me sueltes…!
Abruptamente, entreabre los ojos, comienza a amanecer, escucha murmulloscomo una melodía que se va acercando y un llanto que se aproxima cada vez más a sus oídos, diciendo —¡mami, quiero ir a la cama con vos…!
Es el momento, que no quiere levantarse, desea seguir en ese mundo imaginario, que por unos minutos la trasladó a lo más bello de una mujer y un hombre, olvidando por completo la realidad de su vida.