Entrevista a Rita Frank, poeta, escritora, artesana y creadora del Espacio Alquimia. Por Juan Botana.
¿Qué sentís al escribir?
Siento que entro en una meditación absoluta, me transporto, como si fuera abducida por mí musa inspiradora y me crecieran alas. Es difícil de explicar. Escribir es una de mis más grandes pasiones.
¿Por qué causas luchás?
Por ninguna en especial y por todas. Odio la injusticia, y creo que con esa palabra resumo un montón de otras. Me supera la soberbia, la hipocresía, el ego de la gente. La falta de compromiso, la falta de respeto, esos valores básicos que me enseñó mí abuela y que hoy están desapareciendo. Me siento muy identificada con una frase -o poema- de Pizarnik que dice, que “no pertenece a este mundo, que no le teme a la muerte sino a esta tierra agresiva” y eso siento muchas veces. Con la diferencia que ella dice que “no le interesa pensar en cosas concretas” y yo si. Yo trato de mejorar el mundo desde mí lugar, desde mí granito de arena, aunque eso me signifique sufrir la impotencia, ¿no? La sensibilidad en este tiempo que vivimos no es buena compañera.
¿Cuánto de poesía hay en tus artesanías y cuánto de artesanía hay en tus poemas?
Uh, mis poemas y mis artesanías son una simbiosis constante. Ambas son terapia y catarsis a la vez.
¿Cómo fue que creaste el Espacio Alquimia?
Espacio Alquimia nació de un deseo de compartir lo que amo hacer, con personas que aman lo mismo. Y al espacio físico lo llamé alquimia porque lo crearon mis manos con lo poco que había. Disfruté mucho esa transformación.
¿Quién es Rita Frank?
Uy, es difícil hablar de uno mismo sin que suene pedante, pero puedo decir que Rita es la persona que se ve, la que no esconde nada. La que pelea día a día con su ego y siempre trata de ser mejor persona. Como buena virginiana tiene su parte mística, es alegre por naturaleza y ama la vida.