Una vez rompí una flor…
Otra vez pisé un bichito…
Y también lloré al ver que una mariposa no podía volar…
Así somos!
De polos opuestos.
Mendigos y dioses.
En este vivir nos equivocamos más veces que las que respiramos.
Y va la vida tan de prisa!
Como el viento que se empecina en rebañar nubes o como luz solar que sucumbe ante la noche estrellada.
Y para qué estamos en este mundo!
Acaso no es sino para aprender de las experiencias, para dar y recibir amor?
Siempre podremos cuestionar nuestras decisiones y tratar de ser mejores. Resignificar lo que hacemos y definir un rumbo.
Cuando somos mendigos nos empequeñecemos, quedamos a la espera con la mano abierta y el corazón oprimido más cuando parecemos dioses juzgamos sin piedad y parece nuestro dedo el martillo acusador de la justicia.
Y va la vida tan de prisa!
Y comprendemos al fin que no quedan muchos veranos para desandar el camino, mucho menos permitirnos el triste error de romper otra flor y pisar otro bichito…
